Kurdistán: la liberación de las mujeres como eje de la liberación de los pueblos (Parte I)

Acaso

Ellas no quieren vivir siempre muriendo.

Limpian su fusil deseando que sea la última vez.

 

Saben que no quieren estar eternamente así,

que la guerra debe morir antes que ellas

buscando en palabras lo que no logran las armas.

 

Porque las armas hacen llorar a los niños,

asustan a los pájaros,

producen terremotos

y espantan a los peces.

 

Porque las guerras corrompen al vecino,

acaban con las flores,

tapan el aire de humo

y despintan el paisaje humano.

 

Ellas ya no quieren que los generales hagan negocio,

ni tampoco sus fábricas de pólvora;

ni sus inventos de comida chatarra.

 

Por eso rompen el cerco militar con

el diálogo en los labios y

la paz en el corazón.

 

Llevan un montón de propuestas en sus mochilas,

y otro montón

de oídos en la piel.

 

También

una canasta con comida,

agua,

frutas,

una bandera sin estrenar

y una pistola por si acaso.

“Acaso”, de Alejandro Haddad, del libro Gule Gulistan.

Kurdistán en el mundo

El Movimiento de Liberación de Kurdistán tomó centralidad en los grandes medios de comunicación a partir de 2012, con la expansión de ISIS en la región y la guerra en Siria. Sin embargo, al profundizar en su historia, vemos que se trata de un largo y diverso camino de organización y lucha.

Para contextualizarlo brevemente, al finalizar la Primera Guerra Mundial, el territorio quedó dividido entre cuatro países: Irán, Irak, Siria y Turquía. Cada uno de estos estados tuvo -y tiene- diferentes políticas de integración y asimilación de la población kurda, desde el respeto a la negación, desde la cooptación a la aniquilación. Y en cada uno de estos lugares, las estrategias de resistencia han tomado diferentes formas y caminos. Desde los años 2000, uno de estos caminos es el Confederalismo Democrático, que se fue convirtiendo en una guía y herramienta teórico-práctico-ideológica en la lucha, compartida por comunidades organizadas de las cuatro regiones de Kurdistán y también por el pueblo kurdo que vive en Europa, que confluyen en una instancia llamada “Congreso Democrático de los Pueblos”.

Hay muchos elementos que nos llaman a sumergirnos en esta experiencia, pero nos atrae particularmente que se trata de un movimiento que se ha animado a interpelarse radicalmente, a deconstruir sus estructuras y redefinirse en base a una lectura profunda y dinámica de la realidad, un caminar preguntando que se actualiza atravesando guerras, cárceles, exilios, milicias de mujeres y pueblos liberados, y donde se ejerce el Confederalismo Democrático como forma de gobernarse.

Desde nuestro trabajo para difundir experiencias de salud popular autogestiva, de comunidades que honran sus memorias y son inclusivas de vínculos diversos y disidentes, nos resulta conmovedor conocer más sobre este pueblo sin Estado, que parece tan lejano a Latinoamérica y sin embargo se vuelve cercano al escuchar sus modos de vida, su apego a la tierra, su lucha por la autodeterminación. Nos interesa en particular el movimiento de liberación de mujeres de Kurdistán, la herramienta de Jineolojî para sistematizar, profundizar y difundir sus experiencias, y la centralidad de la liberación de las mujeres como eje del movimiento de liberación de Kurdistán en su conjunto.

Más allá de la diversidad de contextos y miradas de quienes leamos esta entrevista, de nuestros haceres y sentires sobre el Estado y la opresión de género, creemos que es muy valioso animarse a soñar nuevos horizontes y trabajar para ponerlos en práctica. Eso están haciendo en el territorio conocido como Kurdistán. Y sus caminos se extienden por el “abajo” del mundo entero.

Sobre esta entrevista

Dilan Bozgan nació en el Kurdistán turco y vive en Buenos Aires desde 2013. Trabaja como antropóloga y difunde la realidad que se vive en este territorio llamado por su pueblo “Kurdistán”. Se define como feminista y se involucra en sentipensar las expresiones del feminismo comunitario en el mundo y las intersecciones entre feminismos y movimientos de liberación de los pueblos.

Una particularidad de esta entrevista es que se trata de un intercambio entre dos personas que se conocen; entrevistada y entrevistadora compartimos un vínculo afectivo y una mirada política. Nos conocimos a través de un gran amigo en común, Alejandro Haddad, un joven maestro-poeta-documentalista que -desde que conoció el territorio de Kurdistán en 2009 hasta que murió en 2014- trabajó fuertemente para difundir la situación de los pueblos dignos que lo habitan, enamorado particularmente de las formas de lucha y de vida de aquellas mujeres.

Alejandro Haddad realizó dos documentales en la región de Kurdistán, que recomendamos fuertemente. Av Su Mai cuenta la resistencia en Hasankeyf contra un enorme proyecto hidroeléctrico y fue un trabajo colectivo de unas 30 personas de diferentes idiomas y culturas. Pañuelos para la Historia, codirigido con Nicolás Valentini, registra el encuentro entre la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas y diferentes organizaciones de madres de personas desaparecidas, asesinadas y encarceladas en el Kurdistán turco.

Esta entrevista, que presentamos en dos partes, fue realizada a distancia por intercambio de audios y correos electrónicos.

Preguntas disparadoras

-¿Cómo es la organización de las mujeres kurdas dentro de la lucha del pueblo kurdo? ¿Cómo fue cambiando su participación a través de la Historia?

-¿Cómo es la relación entre autonomismo kurdo, Confederalismo Democrático y feminismo? ¿Qué centralidad tiene la lucha de liberación de las mujeres en el movimiento kurdo?

En palabras de Dilan:

Primero, quiero aclarar dos términos que aparecen en las preguntas: “las mujeres kurdas” y “la lucha del pueblo kurdo”. Son términos que han ido cambiando a través de la Historia.

El pueblo kurdo está dividido entre cuatro diferentes países, así que al hablar de “la lucha del pueblo kurdo” estamos hablando de cuatro diferentes luchas (¡cuatro por lo menos!) porque en cada uno de estos países la política hacia la población kurda ha sido diferente y las estrategias de lucha también.

En Turquía, que es de dónde vengo, el pueblo kurdo perdió muchísimo al quedar bajo el dominio del Imperio Otomano y luego de la República de Turquía, que ha tenido (y tiene hasta hoy) como política la negación total de la identidad y la cultura kurdas. Es una política asimilacionista muy fuerte.

A lo largo de este siglo hubo en Turquía veintinueve rebeliones kurdas. La última la llamamos “el Movimiento de Liberación de Kurdistán” (MLK), que empieza a fines de la década del 70. El Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) se forma en 1978. Su lucha, durante varias décadas, se asume como una lucha de liberación nacional. Eso cambia radicalmente con el tiempo.

Cuando capturan al líder del PKK, Abdullah Öcalan, en 1999, empieza a cambiar la estrategia del MLK, que pasa de la lucha por la liberación nacional al Confederalismo Democrático. Esta nueva estrategia no se basa en una ideología nacionalista, sino todo lo contrario, va contra la ideología del Estado-nación en general: no contra un Estado-nación en particular, sino contra la idea misma del Estado-nación. Se analiza que fue justamente la creación de Estados-nación (específicamente en Medio Oriente) lo que generó más guerras y masacres, y que no es la forma de organización política más conveniente para la convivencia de muchos pueblos en el mismo territorio. En cambio, se propone el Confederalismo Democrático, que tiene tres ejes fundamentales:

–Es antipatriarcal: se basa en la liberación de las mujeres.

–Es ecológico: se basa en el bienestar de la tierra y todos sus seres.

–Es democrático: se basa en la convivencia de diferentes pueblos en la misma región.

De a poco, se ha ido quitando la lógica nacionalista de pensamiento. Ya no se habla de “mujeres kurdas” sino de “mujeres de Kurdistán”. El movimiento se llama “Movimiento de liberación de mujeres de Kurdistán”, para poder abarcar a todos los pueblos que conviven en la región, no sólo al pueblo kurdo. Se quiere hacer énfasis en la perspectiva no nacionalista, que es muy difícil de explicar, porque mucha gente la tiene muy incorporada. Y cuando se habla de “Kurdistán” no estamos hablando de un Estado-nación ni de un solo pueblo; en el territorio que hoy en día llamamos “Kurdistán” viven diferentes pueblos, diferentes creencias. Y el movimiento les habla a todas estas diferencias (por ejemplo, al mismo territorio que nosotrxs llamamos “Kurdistán”, lxs armenixs lo llaman “Armenia” y lxs turcxs lo llaman “Turquía”). Hoy todavía hablamos de “Kurdistán”, pero quizás eso vaya cambiando también con el tiempo, como parte de la crítica a la perspectiva nacionalista de la que estamos aprendiendo a desvincularnos. Al menos, así se concibe desde el movimiento de mujeres de Kurdistán como organización.

Con respecto a la participación de las mujeres, también fue cambiando a través de la Historia. Me voy a centrar principalmente en la región de Turquía. Allí surgió el PKK, con ciertas raíces en los movimientos nacionalistas de principios del siglo XX, en los que hubo mujeres kurdas involucradas, sin que llegara a ser una participación masiva. Se trataba más bien de mujeres de vanguardia, con acceso a la educación superior o cuyas familias participaban en ámbitos intelectuales de discusión política. A partir de los 70, se formó el MLK, con ideas más vinculadas al socialismo y al marxismo- leninismo, pero todavía con una perspectiva nacionalista, en el sentido de reivindicar la lucha del pueblo kurdo contra el colonialismo. Allí se involucraron mujeres de diferentes sectores sociales, tanto del movimiento estudiantil como obrero, pero esta participación aún no llegaba a ser masiva, ya que el PKK mantenía una lógica foquista.

A partir de los 90, se produce un fuerte cambio en la vinculación del MLK con los pueblos en las montañas de Kurdistán. Crece la interacción y la confianza, lo que genera una mayor participación popular en la lucha. El Estado turco busca disuadir este crecimiento con una política contrainsurgente de ataques contra militantes del MLK y también contra las comunidades simpatizantes. La represión genera una rebelión de los pueblos kurdos contra el Estado turco y una mayor participación popular en todas las instancias del movimiento. Ante esto, hay una frase que me encanta del líder del PKK, Abdullah Öcalan, que dice: “El PKK tiene que convertirse en el pueblo y el pueblo en el PKK”.

En esta época crece la participación de mujeres de todos los sectores sociales, estudiantes, intelectuales, campesinas, obreras. Muchas mujeres se movilizan en defensa de sus familias, porque había mucha gente encarcelada, desaparecida y asesinada sin resolución en la Justicia. Y en esa lucha por justicia se suman al MLK. A su vez, también comienzan a participar más masivamente las mujeres en el movimiento guerrillero (no sólo en la vanguardia sino también desde las bases).

Pero a partir de los 2000, el cambio de estrategia de la idea de liberación nacional al Confederalismo Democrático modifica radicalmente la participación de las mujeres, ya que la liberación de las mujeres pasa a ser el eje principal, no sólo del movimiento de mujeres, sino de la lucha de liberación de Kurdistán. O sea que las mujeres son los principales sujetos de la revolución en Kurdistán.

En la nueva perspectiva que asume a partir de los años 2000 -que es a la vez teórica, estratégica y práctica-, el MLK hace una autocrítica de sus raíces marxistas-leninistas y elabora un análisis y un punto de partida provocador, según el cual la contradicción principal de la Historia es la contradicción patriarcal o de género. Se empieza a analizar la Historia de la región a partir de la sumisión de la mujer a la autoridad del hombre, ya que justamente en esta región se pueden encontrar las raíces de la Historia patriarcal de la humanidad, con la revolución neolítica, que se dio hace 5000 años. Y también es la parte del mundo donde se empezó a desarrollar la idea del Estado, que expresa el triunfo del patriarcado como orden social al desvalorizar la mirada “femenina” que existía antes en las comunidades y guiaba los modos de organización social y política. Ha sido negada en el relato histórico dominante al punto de generar la noción de que el orden patriarcal es inherente a la humanidad. Por eso, Dilan enfatiza que, según el MLK, la crítica al Estado y la crítica al patriarcado son inseparables.

Creemos que este planteo abre una gran invitación a pensar esto en nuestras comunidades, pueblos, barrios y organizaciones sociales: así como el marxismo concibe que la principal contradicción de la Historia es la opresión de clase (la relación entre burguesía y proletariado), el Confederalismo Democrático entiende que la principal contradicción de la Historia es la opresión de género o patriarcal y, por eso, propone la liberación de las mujeres como eje principal de la liberación de los pueblos en la región.

FUENTE: Vero Gelman / Ginecosofía