ISIS está recuperando fuerza en Irak y Siria por medio de ataques de su guerrilla.

El 26 de octubre del año pasado, el hombre más buscado del mundo, Abu Bakr Al Baghdadi, se inmoló. El líder de ISIS puede estar muerto, pero la crisis de ISIS aún no ha terminado. Apenas tres días después de la muerte de Bagdadi, Estado Islámico presentó a su nuevo líder, Abu Ibrahim al-Hashemi al-Qurashi. Al igual que su predecesor Bagdadi, Hashemi también ha asumido el título de califa, o sucesor del profeta Mahoma, que actuaría como el líder legítimo de todos los musulmanes del mundo. Sí, la muerte de Bagdadi no es suficiente para disminuir la amenaza de ISIS. Estado Islámico está maduro para un regreso. Es probable que siga siendo más bien una organización descentralizada en los países de Oriente Medio, África, y el sur y este de Asia. Las áreas de mayoría sunita de Siria e Irak siguen siendo el hogar de miles de combatientes y células durmientes.

Tras los ataques turcos al noreste de Siria en noviembre-diciembre de 2019, quedó claro que ISIS se ha revitalizado. En el caos creado por la invasión turca en el noreste de Siria, y después de una famosa llamada telefónica del presidente de Estados Unidos Donald Trump, han surgido células durmientes de ISIS en varias regiones del noreste de Siria e Irak. Según los datos disponibles de fuentes en Rojava, los ataques de las células durmientes han aumentado en un 63%. Hubo 83 ataques documentados en noviembre de 2019, en comparación con 51 en septiembre. Hasta el 85% de estos ataques fueron asumidos por ISIS. La base de apoyo a ISIS sigue intacta en ciertas regiones del noreste de Siria, como Deir-Ez-Zor. Al menos el 58% de los ataques de noviembre se produjeron en esta región, en los que murieron más de 20 personas. Las regiones de Hasakah y Hol también son propensas a tales ataques. En noviembre se produjeron 21 ataques y 15 muertes en las ciudades de Qamishli, Hasakah y Hol, lo que demuestra la existencia de ISIS y el resurgimiento del grupo terrorista. «A raíz de los ataques turcos, se ha hecho evidente que ISIS se siente revitalizado en el caos que la invasión ha creado. Por otra parte, a pesar del mantenimiento de las incursiones conjuntas de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) y la coalición internacional, éstas no han mantenido su consistencia anterior. Muchos de los progresos realizados en los meses posteriores a la derrota territorial de ISIS en Baghouz se han invertido, y el número de ataques ha aumentado drásticamente en los casi dos meses transcurridos desde que Turquía invadió el noreste de Siria», explica el analista Robin Fleming del Centro de Información de Rojava (RIC, por sus siglas en inglés, es una organización independiente, con personal voluntario, con sede en el noreste de Siria). «También hemos visto que ISIS se dirige a grupos vulnerables y líderes comunitarios, siendo los asesinatos de los sacerdotes cristianos armenios Hanna Ibrahim y su padre, Ibrahim Hanna Bido, los principales ejemplos de ello. Mientras tanto, la evidencia circunstancial sugiere que las células durmientes respaldadas por Turquía están creciendo, cada vez más activas en las regiones fronterizas», añadió Robin Fleming.

ISIS todavía tiene una base de apoyo en Irak y Turquía, y también es el grupo terrorista más rico del mundo. En 2015, Estado Islámico generaba sus ingresos por el petróleo y el gas, que ascendieron a un total de 500 millones de dólares y, por otra parte, mediante impuestos internos, de los que obtuvo 360 millones de dólares. Al saquear las bóvedas de los bancos en Irak en 2015, ISIS se embolsó alrededor de 500 millones de dólares, que todavía están estacionados en varias partes del mundo, permitiendo así su supervivencia económica. Con la disminución de sus gastos respecto a lo que consumió en sanidad y gobierno hasta mediados de 2019, el renacimiento de Estado Islámico no está muy lejos.

Artículo original de Lakshmi Subramanian, The Week, /Traducido por Rojava Azadi Madrid