Havin Güneşer: “Un gobierno de la gente y sin Estado es la solución a la crisis social, medioambiental o al feminicidio”

¿Qué es el confederalismo democrático? ¿Es lo que se desarrolla en Rojava una revolución? ¿Es válida más allá del Kurdistán sirio y de Oriente Medio? Hablamos con la activista y escritora kurda Havin Güneşer sobre una época volátil con muchos peligros pero también oportunidades.

Havin Güneşer es escritora, periodista, activista feminista y portavoz de la plataforma Libertad para Abdullah Öcalan – Paz para Kurdistán. Hablamos con ella sobre la revolución en Rojava (Kurdistán sirio) y sobre el confederalismo democrático durante su visita a Madrid invitada por la organización Rojava Azadi Madrid y Ecologistas en Acción.

-¿Lo que pasa en Rojava es una revolución y qué representa?

-Para encontrar el sentido de lo que es realmente la Revolución de Rojava es muy importante hablar de la época que estamos viviendo. Abdullah Öcalan y el Movimiento de Liberación Kurdo llaman esta época “la época de la esperanza”. Porque los Estados y las estructuras de la modernidad capitalista van hacia una crisis estructural extrema, las naciones-Estado han sido presionadas desde arriba por las corporaciones transnacionales y desde abajo por feministas, movimientos como el de liberación kurdo, anarquistas, trabajadores, etc. Como resultado, lo que estamos viendo es, por diferentes razones, el modelo de las naciones-Estado derrumbándose.

Y aparte, igual que en el periodo previo a la Primera Guerra Mundial el Imperio británico había perdido su hegemonía sobre el mundo, hoy los Estados Unidos, el imperio de este siglo, han perdido su hegemonía sobre el mundo. Y lo que estamos viendo es la lucha entre los poderes para alcanzar esa hegemonía. Una situación caótica como ésa tiene también el potencial para las diferentes luchas de crear algo, y eso es lo importante de la Revolución de Rojava.

Llega un momento en que todo el mundo creía que las revoluciones ya no eran posibles, que eran un cuento de hadas, y que estamos condenados al capitalismo porque la URSS colapsó, el feminismo no es igual que en los 80, y ya vimos lo que pasó con los movimientos de liberación nacional. Es como si no hubiera esperanza, como si el capitalismo, la élite, la clase dirigente hubieran ganado y no hubiera otra opción.

Y que estamos condenados al nacionalismo, que nos vamos a matar unos a otros o tener un régimen peor, representado por el Daesh, con imágenes terroríficas de gente siendo decapitada por islamistas fascistas que devastan y violan mujeres, y era la peor pesadilla.

Y de pronto esa narrativa llegó al límite, y mostramos que en Oriente Medio podemos vivir de otra manera, y que no vamos a tolerar el sectarismo, el radicalismo religioso o el sexismo, que es lo que están haciendo estos regímenes, desde Trump hasta Erdogan pasando por el Daesh, Boris Johnson en Londres o aquí en España.

Nosotros le enseñamos a todo el mundo en Rojava que está en la naturaleza humana vivir juntos. Es como con los soviets, el comunismo de la gente, no un Estado del proletariado. Y también es como a mediados del siglo XIX en Europa, cuando había una lucha entre movimientos confederalistas y movimientos por el Estado-nación. Estamos en esa intersección.

Una diferencia es que hoy sabemos mucho más de lo que sabíamos entonces, pero hay mucha más violencia, y la tecnología y los medios está creando una vida ilusoria. Todo esto complica las cosas, pero si preguntas lo que la revolución de Rojava representa, antes de ir a los fundamentos, podemos decir que un gobierno de la gente y sin Estado es verdaderamente una solución a la crisis social, la crisis medioambiental, el feminicidio, etc.

-Estamos hablando de una sociedad sin Estado… ¿Por qué los kurdos dejaron de luchar por un Estado independiente y adoptaron el confederalismo democrático?

-La independencia se considera equivalente al Estado-nación. Nosotros rechazamos esa interpretación de la independencia. Cuando miramos a Turquía, o también a España, un Estado-nación con muchos problemas, ¿podemos decir que los españoles son independientes?

Vi las antiguas puertas de Madrid, las antiguas fronteras. Los imperios tenían sus fronteras dentro de los muros de las ciudades y la sociedad era la gente que vivía dentro de esos muros, y no era gente muy productiva, sino que esperaba a que su imperio les trajera comida y otras cosas… ¿de quién? De quienes estaban fuera de esos muros. Pero ahora lo que los Estados-nación hacen es volvernos a todos como quienes vivían entre muros, dependientes. Mira la burocracia. Hay un Ejército de gente que depende de la continuación del Estado, y están multiplicando ese número de gente para que ese Estado no pueda ser visto nunca como innecesario. Se nos empuja a creer que no hay otra manera de vivir. Y también rechazamos luchar por un Estado-nación porque creando uno nuevo se crean nuevas élites, así es que no te estás deshaciendo del problema.

Hoy se está derrumbando porque todas estas reglas y leyes internacionales resultado de la Primera y la Segunda Guerra Mundial ya no están. Ninguna fuerza puede decir a otra qué hacer y qué no hacer. Por lo tanto, ese poder está disponible. Y entre tanto, cosas muy malas y cosas muy buenas pueden ocurrir.

-¿Qué peligros y oportunidades hay?

-Estoy preocupada con la actitud de la gente porque creo que piensan que el fascismo no puede volver, que hemos aprendido la lección. Eso no es verdad. Vemos en todas partes la subida de la derecha, que se dirige a la gente más que la izquierda o las fuerzas democráticas. Y también la maquinaria del Estado está cada vez más abierta a la extrema derecha. Llevó muchos siglos hacer el capitalismo un poco vivible y se necesitaron revoluciones en la URSS y en otros lugares para establecer cosas como las Naciones Unidas, y ahora están muertas, ninguna funciona, ninguna decisión se toma en los parlamentos.

Esta situación no necesariamente llevará a algo bueno. Por eso la autodefensa constituyó una gran parte de la revolución de Rojava. Querían ver a los kurdos como víctimas. Todo el mundo cree que deberían haber muerto hace mucho tiempo, cuando los primeros Estados-nación se crearon en Oriente Medio. Y desde hace cien años están allí, organizándose. Deberían haber sido un capítulo cerrado hace mucho tiempo, pero han vuelto con una gran idea, y no se permiten a sí mismos ser víctimas o ser nacionalistas, porque se han dado cuenta de que lo que les pasa a ellos no es especial. Lo que los hace especiales es su resistencia, es su idea de cómo podemos vivir juntos. Creo que es muy importante llenar de sentido el dicho “ésta es la edad de la esperanza”. Tenemos la oportunidad, ahora que no hay un país o un grupo hegemónico, sólo tenemos que estar más preparados.

-¿Cuáles son los principios del confederalismo democrático?

-El fondo es que tenemos que abandonar nociones de extremo racionalismo, porque así es como aceptamos plantas de producción de energía nuclear, armas nucleares, comida modificada genéticamente, la devastación de nuestro entorno, el genocidio de la gente, hacer y vender armas.

Además, se basa en varias cosas importantes. El poder de la sociedad es importante si queremos implementar gobiernos de gente sin Estado, porque 5.000 años de sometimiento de la gente, la violencia, las decisiones de los poderosos que se toman sin nosotros, una economía alejada de la gente, todo eso ha dejado una sociedad que ya no piensa ni decide por sí misma. Lo primero es que nos fortalezcamos.

Se organizan secciones o áreas de sectores que se sacaron de la sociedad. Primero, las mujeres. Hemos sido construidas y deconstruidas a lo largo de 5.000 años, así es que tenemos que decidir ahora quiénes somos y qué no queremos del papel que se nos ha dado, pero esto lo haremos solas, así es que las mujeres se organizan autónomamente, desde los pueblos a las ciudades y hasta la Federación del Norte de Siria.

También hay otras áreas: la educación, el área intelectual. Una de las principales razones por las que aceptamos vivir en este sistema es porque somos entrenados para ello desde la guardería hasta la universidad. No aprendemos cómo ser beneficiosos para nuestra sociedad o para la naturaleza. Al contrario, somos entrenados en cómo construir armas, cómo extraer más de la naturaleza, o cómo aliviar los problemas que resultan de este enfoque. Hay que repensar esto, y es lo que Rojava está haciendo. O la medicina, el área sanitaria. Hay una sanidad preventiva, y eso se está alejando de nosotros. La economía es otra área importante: están separando la economía de nosotros, estamos desamparados y nos sentimos dependientes.

Toda la sociedad se vuelve dependiente de esta maquinaria monstruosa y es más fácil asustarnos con la violencia, con el castigo, porque si no tienes dinero no tienes esperanza, ni comida, y en lo más alto están la violencia, la tortura, la cárcel o ser asesinado. ¿Quién va a hacer una revolución? Nos están encarcelando en esta vida, por eso hablamos de liberar la vida. Y por eso la economía debe convertirse en independiente del Estado y debe ser comunal y ecológica. Y Öcalan dice que el problema medioambiental es inversamente proporcional al poder de la sociedad: cuanto más incapaz es la sociedad de tomar decisiones, más crece la crisis del medio ambiente. Cuanto más podamos traer la sociedad a sus viejas funciones, más podremos resolver las cuestiones que están surgiendo de la explotación y represión brutal de la naturaleza.

-¿Cómo es posible desarrollar el confederalismo democrático, que está basado en la paz, en una situación de guerra?

-Organizándose. Si aplican una cantidad tremenda de violencia, vienen con aviones de guerra, usan métodos atroces, decapitan a la gente, violan mujeres, antes de que empieces a luchar o a resistir están creando en tu cabeza imágenes de desamparo, así es que nos piden que aceptemos una vida miserable, sin dignidad, sin libertad. Sólo respirar, comer y dormir. Así quieren que obedezcamos antes incluso de que haya una batalla que podamos librar.

Así es que hay ideas luchando aquí también. Y ves a los kurdos, los asirios, los árabes luchando todos juntos. Están sonriendo. Y una vez me preguntaron: ¿por qué están sonriendo? Están sonriendo porque saben que están creando una vida en la que merece la pena sonreír. Rechazan la vida que se les impone. Se defienden pero a la vez construyen las estructuras alternativas que pueden sustentar este conocimiento y esta resistencia.

-¿Es válido el confederalismo democrático más allá del Kurdistán?

-Los kurdos están ante una amenaza inminente de genocidio, especialmente por Turquía, pero también por Iraq, Siria e Irán, y eso es un factor importante. Pero todo lo demás de lo que hablé en términos de Estado-nación, crecimiento de la burocracia, el peligro del fascismo, la economía que alejan de nosotros, el sexismo, es válido para todo el mundo… La resistencia puede tomar muchas formas: puede tomar la forma de una lucha de liberación nacional, pero esto se acabó. Y hay otros movimientos en otros lugares que están llevando una lucha con diferentes pretextos pero las mismas dimensiones. Necesitamos ver la dimensión universal de esta lucha.

Öcalan y el movimiento de liberación kurdo han mostrado que han aprendido de las pasadas experiencias revolucionarias, no sólo de sus éxitos, sino de sus debilidades, de sus errores. Y uno de los errores fue creer que un Estado proletario, la dictadura del proletariado, podía traer algo útil.

La lucha es universal. Ha mostrado que el género humano no es malo por naturaleza, se nos vuelve malos, así es que podemos darle la vuelta a esto. Y hemos mostrado que es posible en medio de la guerra y el caos.

-Los kurdos se encuentran en el centro de una gran guerra geopolítica entre grandes potencias internacionales y regionales. ¿Cuál es su lugar en todo este lío? ¿No tenéis miedo de ser utilizados como peones por las grandes potencias para después ser abandonados? 

-Esto es una tercera guerra mundial, y la localización estratégica de esta tercera guerra mundial está en Oriente Medio. La única resistencia mostrada es por los kurdos, de momento.

Por supuesto, lo que las superpotencias están haciendo es apropiarse de los logros de la gente, somos muy conscientes de ello. De hecho, cuando los Estados Unidos vieron que Kobane no había caído y los kurdos estaban resistiendo, sólo la última noche, cuando vieron que Kobane no caía, empezaron a usar los aviones contra las posiciones del Daesh. Esta fue una manera para Estados Unidos de limpiar su imagen, porque todas las cámaras esperaban ver cómo nos matarían, y no nos mataron. Lo hacían, pero estábamos resistiendo, no sólo actuábamos como víctimas.

Y entonces quisieron mostrar que los Estados Unidos eran tan buenos que nos protegían. Pero nosotros nos apoyamos sólo en nuestras propias fuerzas. Por supuesto que nos frustra y enfada que parezca que estamos haciendo el trabajo sucio. Pero la suciedad es de ellos, y lo terrible es que los dos están intentando acabar con nosotros, pero a la vez usan esas imágenes para limpiarse a sí mismos. E intentan confundir a nuestra sociedad y confundir al mundo. Sé que algunos socialistas y comunistas de la vieja escuela dicen que nos acostamos con Estados Unidos. O Rusia, como en Afrin: Rusia dice que tenemos que hacer un acuerdo con el régimen de Assad o dar Afrin a Turquía. Y Estados Unidos dice: podéis ser mis soldados o no nos importará lo que Turquía os haga.

Permitieron esto en el Kurdistán turco, sin ruido, e incluso la izquierda no hizo nada, porque todo el mundo está afectado por la cobertura o no de los grandes medios. En Turquía cometieron masacres, quemaron a personas en sótanos, la gente moría en las calles. Ellos sabían que los kurdos de Bakur estaban apoyando la revolución de Rojava, y así es como Kobane no cayó, así es que asestaron un golpe duro a Bakur, al Kurdistán turco, y así creían que podrían fragmentar la revolución o apropiarse de ella.

Y Rusia tiene bases en Afríin, pero no es que los hayamos invitado, están ahí. No hemos invitado a nadie a la región. De hecho, Öcalan fue sacado de Oriente Medio porque querían entrar y aplastar al movimiento kurdo para que no hubiera más resistencia. Y ahora están intentando dividir y confundir a los pocos amigos que tenemos en todo el mundo para que no puedan hacer ruido.

Es muy importante moverse más allá de la retórica y mirar detalladamente lo que está pasando. Hay alianzas tácticas, por supuesto: hemos hablado con Rusia, pero también con el Estado iraquí, y eso no lo ves en grandes titulares. Incluso Turquía está usando esto con su gente, incitándolos a deshumanizar a los kurdos, para que nadie se preocupe de si los matan porque “estaban equivocados”. Ésas son las imágenes y la retórica que se intenta crear para que a nadie le importe un bledo.

-¿Cómo unir todas las luchas?

-Creo que ahora todos estamos en peligro, por lo que necesitamos una coalición más amplia. Pero con fundamentos muy importantes: el feminismo, el no nacionalismo, la ecología…, y la religión debe tener una dimensión cultural, no de poder político, así es que las creencias están bien, pero el radicalismo religioso no. Esos fundamentos deben llevarnos juntos hacia una coalición amplia antiguerra.

FUENTE: Gladys Martínez López / El Salto