Fotogalería: “Los mártires no mueren”

El jueves 18 de mayo se celebró el día de los mártires (sehid) de Kurdistán, durante una jornada para recordar a aquellos que dieron su vida por la libertad.

En Qamishlo (norte de Siria) la jornada se desarrolló en el cementerio militar de la ciudad. La seguridad del evento estuvo en manos de las HPC (Unidades de Protección de la Sociedad). Cientos de residentes se congregaron durante varias horas y la mayoría de ellos portaban fotos con sus familiares fallecidos. Las personas se concentraron delante de las tumbas para recordar a sus seres queridos, algunos solitarios, otros en grupos. Limpiaban los sepulcros, colocaban flores frescas, perdían sus miradas en las fotografías de sus hijos e hijas, hermanas y hermanos, padres y madres. Durante el acto fueron sido nombrados todos aquellos que han perdido su vida durante el mes de mayo.

El corazón del discurso sostenido fue que sin el sacrificio de los mártires por la lucha, la revolución en Rojava nunca habría sido posible. Mantener vivo el espíritu de los mártires es una parte fundamental del Movimiento de Liberación Kurdo. Miles de militantes han fallecido en los últimos 40 años, la mayoría de ellos muy jóvenes, por unos ideales que para ellos hablan de una sociedad que alcanza la vida libre. Casi todas las familias en Rojava y Bakur tienen al menos un sehid, al ser una sociedad entera vinculada a una lucha política. Una lucha política que ha materializado sus resultados en la democratización radical de la sociedad, los resultados más palpables los vemos en las comunas de Rojava, en las organizaciones de mujeres, en la auto-defensa que ejercen los aldeanos en su propio pueblo.

La fecha no fue escogida aleatoriamente. El 18 de mayo de 1977 el militante Hakki Karer, compañero de Abdullah Öcalan y componente del grupo motor que dio forma a lo que más tarde se conocería como PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), fue asesinado por una organización contrarrevolucionaria kurda, que operaba bajo las órdenes del MIT (servicio secreto turco), llamada Estrella Roja (Sterka Sor). La organización Estrella Roja invitó al grupo de Abdullah Öcalan, conocido en aquellos momentos como los Estudiantes o los Apoistas, a mantener una reunión para generar una alianza de organizaciones y luchar contra el Estado turco. Hakki Karer era el responsable de reunirse con la organización en un café de Ankara, lugar donde fue asesinado de varios disparos sin que pudiera si quiera levantarse de la silla. La pérdida de Hakki Karer fue un duro golpe para los militantes del grupo. Según la historia recogida el grupo decidió tomar venganza creando el PKK en 1978, como forma de continuar la lucha que Hakki Karer había comenzado.

El recuerdo del sacrificio de las personas que lucharon y murieron por la causa política e ideológica son las bases de un movimiento que mantiene una guerra permanente desde hace 40 años. Las palabras que representan ese recuerdo no pueden ser más acertadas: “Los mártires no mueren” (Sehid namirin).

FUENTE: Sara A. de Ceano-Vivas/Destino Oriente Próximo/Rojava Azadi