“Es el momento para que las mujeres se levanten contra el fascismo”

Hadiyya Youssef, integrante del Comité Ejecutivo del Partido de la Unión Democrática (PYD), aseveró que en Siria y Turquía “se está aplicando una política sistemática y maliciosa a las mujeres para restringir su libertad y borrar su identidad”.

“Es hora de que las mujeres se levanten en el frente a las políticas que se traman en su contra y socavan su libertad”, afirmó la dirigenta del principal partido kurdo de Siria.

Según Youssef, en el período reciente hubo un aumento en el número de asesinatos de mujeres, además de que son víctimas de la violencia ejercida contra ellas por los regímenes y poderes dominantes tanto en  Siria como en Turquía.

La agencia de noticias ANHA mantuvo un diálogo con la representante del PYD, del cual reproducimos los fragmentos más importantes:

En general, hay violencia contra las mujeres en todas partes de Kurdistán, especialmente contra las mujeres kurdas. Entonces, ¿qué quiere el sistema patriarcal con estas políticas, y cuál es el peligro que representan las mujeres para el Estado, para que la violencia contra ellas aumente hasta este punto?

En la sociedad natural, las mujeres jugaron un papel pionero en la organización de la sociedad y el desarrollo de los cimientos de la vida, ya que la sociedad solía gozar de igualdad y justicia, lejos de la clase y la violencia establecida por el sistema masculino después de una lucha que duró más de 200.000 años. Por tanto, esta lucha tenía como objetivo extraer el poder de la mano de las mujeres para el surgimiento de una sociedad masculina, en la que hay muchas clases y también la autoridad gobernante. Este fue el sistema de mentalidad masculina que se impuso a la sociedad.

Este sistema imponía una mentalidad a la sociedad, por lo que organizaba a las mujeres según el mismo enfoque que quería. A pesar de las políticas que aplicaba a las mujeres temía por el poder de ellas, porque la organización de la sociedad les pertenecía. Por eso, el sistema masculino tenía miedo de que las mujeres volvieran a su sistema de la época de sumeria, hace más de 5.000 años.

El sistema patriarcal le teme a esta política, y al no mostrar la fuerza y la ​​voluntad de las mujeres, intentó por diversos medios reprimir y minimizar su libertad y vincular su libertad a costumbres y normas.

Por lo tanto, la violencia doméstica creció en la sociedad hasta subordinar a la mujer a las decisiones de la autoridad, y en la sociedad se impusieron a la mujer costumbres y tradiciones desfasadas para que se colocara dentro de los moldes, leyes y límites que ésta le había trazado. Además, el sistema estatal se consolidó en el sometimiento de la mujer, porque la violencia es uno de los métodos básicos del Estado. Vemos que todas las leyes emitidas por los estados, comenzando por los países más democráticos, carecen de legislación para proteger a las mujeres.

También vemos en todos los países del mundo que las mujeres están expuestas a todo tipo de violencia e injusticias, por lo que concluimos que estas políticas que se aplican son para evitar que obtengan sus derechos, y que siempre estén sometidas a los hombres y a su mentalidad.

Las mujeres tienen la mayor proporción de violaciones en Turquía: desplazamiento, violación y asesinato, especialmente aquellas que fueron desplazadas fuera de Siria y fueron explotadas (esclavitud con el objetivo de explotación sexual), además del matrimonio de menores. ¿Cómo se puede explicar?

Siria es uno de los países en los que las mujeres han sido víctimas de la violencia, especialmente a la luz del estallido de la revolución desde 2011 hasta ahora. Las mujeres han sido muy explotadas, porque la sociedad ha caído cautiva del concepto de grupos mercenarios que han surgido, cuya mentalidad se basa en el extremismo y la esclavitud sexual. Para establecer su sociedad, estos grupos extremistas atacaron la voluntad de las mujeres, en primer lugar, por lo que miles de ellas fueron asesinadas, violadas, lapidadas y explotadas para que estos grupos continúen con sus actos atroces contra la sociedad.

La ciudad de Shengal (de mayoría yezidí en el norte de Irak) fue un ejemplo importante de esto, ya que vimos con nuestros propios ojos lo que le sucedió a miles de mujeres. Podemos concluir que la lucha entre mujeres y hombres duró 5.000 años, y los derechos que las mujeres ganaron durante la Revolución de Rojava estuvieron destinados a la voluntad de las mujeres.

Siria no se ha librado de estas violaciones. Por un lado, está la revolución por la libertad, liderada por mujeres, con el respaldo de las Unidades de Protección a la Mujer (YPJ), y la construcción de una revolución a la que se suman miles de mujeres que buscan la libertad. Pero los casos de violencia y el asesinato de mujeres son una guerra contra la revolución por la libertad de las mujeres.

En el mismo contexto, las mujeres que han sido sometidas a violencia han experimentado los estragos de la guerra y han huido de esta realidad, en particular hacia Turquía. Vemos que han sido esclavizadas y explotadas como si fueran una mercancía, ya que miles de mujeres residen en los campos turcos para sirios desplazados y están expuestas a la violencia y a todo tipo de injusticias.

Hoy nos encontramos con que las mujeres en Siria están expuestas a la violencia y se casan a una edad temprana. El tema de la libertad de las mujeres es un tema internacional, porque cuando las mujeres intentan liberarse de la esclavitud quedan expuestas a la violencia y a los insultos de diferentes formas, especialmente en países que han experimentado los flagelos de la guerra.

Se aplica una política maliciosa, clara y sistemática a las mujeres para quebrantar su libertad y borrar su identidad y que así no alcancen su objetivo. También para destruir los principios de la sociedad rompiendo, a su vez, la voluntad de las mujeres. Así las mujeres están en una gran y continua lucha por afrontar esta mentalidad.

En Turquía, ha aumentado el número de asesinatos de mujeres cometidos por sus familiares, y la violación de niños y mujeres jóvenes por parte de agentes de policía; sin embargo, estos crímenes no han sido castigados, sino que, por el contrario, el violador es liberado y casado (con su víctima). ¿Cuál es la intención de Turquía con estas políticas?

El Estado turco es un Estado ocupante. Podemos llamarlo así, ya que desde la era de los otomanos y hasta el día de hoy, Turquía es conocida por su ocupación de regiones de Oriente Medio. Pese a esto, Turquía intenta demostrarse que es uno de los países más democráticos, e intenta promover su adhesión a la Unión Europea (UE), pero sus métodos difieren de esto. Durante el gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) se están violando todas las leyes destinadas a la libertad de las mujeres.

Como vemos en Turquía, un oficial turco emergió y violó a una niña, ondeando y sosteniendo la bandera del fascismo en la mano, porque Turquía es un país construido sobre los principios y fundamentos del fascismo, ya que no existe una ley para procesar a este oficial. Las reacciones de la sociedad frente a este acto atroz fueron fuertes. Pero lamentablemente hay muchos casos similares en Kurdistán. Los tribunales turcos están llenos de casos de violencia contra la mujer.

También vemos a miles de mujeres en las cárceles turcas, que lucharon por la libertad y representan la voluntad del pueblo, que están sufriendo los tipos más horribles de tortura y violencia. Somos testigos, a diario, de mujeres que pierden su vida o inician campañas de huelga de hambre, la última de las cuales la encabezó la abogada Ebru Timtik, que resistió durante más de 200 días ante el fascismo turco.

Turquía aplica su política a todas las mujeres que buscan la libertad y tratan de construir un sistema democrático, lejos del poder y la violencia.

Sobre todas estas prácticas y violaciones que ocurren contra las mujeres, ¿cuál es el papel de las organizaciones internacionales y de derechos humanos de mujeres, en esta etapa?

Lamentablemente, ante todas estas violaciones, injusticias y violencias a las que son sometidas las mujeres, vemos que los organismos internacionales guardan silencio y no se levantan contra estos países que tratan de frenar la libertad de las mujeres, porque sirven a los intereses de los estados autoritarios. Por lo cual, las mujeres deben organizar sus propias instituciones de derechos humanos, desarrollar su sistema independiente y ser dueñas de una institución en crecimiento frente al sistema patriarcal y la esclavitud, para así poner fin a esta violencia.

FUENTE: Media Hannan – Linda Sheik / ANHA / Edición: Kurdistán América Latina