Endulzando la palabra y enfriando la cabeza

Una vez más y fieles a la idea de que “cambiar el mundo no viene de arriba ni de afuera” (1), seguimos tejiendo y ampliando la conversación inter/transdisciplinaria, postimperial y con conocimientos de otros modos. Como siempre y contra la escuela consagrada como epicentro de la naturalización de la exclusión de los saberes, en compañía de indígenas, mujeres, campesinos, estudiantes, afrodescendientes, dirigentes sociales, tejedoras, hacedores, artistas, niños y niñas, sabedores y sabedoras de distintos lugares de nuestra América, Europa y del Medio Oriente, hemos asistido a la quinta versión del seminario “Tramas y Mingas para el Buen Vivir”, iniciativa del Programa de Maestría en Estudios Interdisciplinarios del Desarrollo, esta vez con el apoyo y la complicidad del Doctorado en Etnobiología y Estudios Bioculturales, la Especialización en Gestión integral del Recurso Biológico, la Especialización en Gerencia de Proyectos, el Comité de Investigación y postgrados de la FCCEA, de la Universidad del Cauca, CICAFICULTURA, la Escuela comunitaria de permacultura “Seres de Maíz”, el Colectivo Teje Popayán y otros colectivos y esfuerzos que ahora se me escapan.

En una de las grietas de la Universidad letrada, monológica y monocultural se ha desarrollado este singular encuentro, esta nueva cita para (re)pensar y conversar sobre el presente-futuro de nuestros pueblos y de nuestro lugar en el mundo. Tramas y mingas para el buen vivir como seminario final del Programa de Maestría en Estudios Interdisciplinarios del Desarrollo, establecido hace 10 años como cátedra abierta al público, en esta oportunidad nos ha llevado de regreso a la memoria, nos ha puesto más energías a la esperanza, nos ha recordado las tareas y sobre todo la necesidad de otras prácticas. También nos ha puesto sobre el ambiente el valor de encontrarnos, de darnos el abrazo solidario y el apretón de manos, todos insumos necesarios en esta coyuntura de “posibilidades menguadas”, de proyectos de muerte, pero así mismo, de sugerentes y provocadoras juntanzas, escuchas, conversaciones e ideas para la acción.

Demasiadas enseñanzas e interminables tareas derivadas del seminario pero sobre todo de las conversaciones espontáneas y de las múltiples coincidencias, aún desde proyectos singulares y desde lugares que nunca volverán a ser extraños para quienes hemos tenido el privilegio de sentarnos silenciosamente (en mi caso) a prender y al final contribuir sólo con un relato en este provocador proceso de primero “darnos cuenta” para luego suscitar las transformaciones ontológicas, relacionales, estructurales e institucionales, así como para “ver cómo viene la tormenta pero también ver todo lo que está germinando”, tal como nos lo enseñarán estas mingas y estas tramas.

Aprendimos muchas cosas, entre ellas que “hay palabras que nos distancian”, que “proliferan las subversiones”, que el “desarrollo es una carrera atlética loca a la cual vamos en condiciones distintas, privilegiadas y hasta descalzos”, como nos lo enseñó Tatiana Bachiller. El colectivo Teje Popayán nos enseñó a sacar el tejido de la intimidad y volverlo público, político y narrativo, es decir, como pensamiento. Los jóvenes de la minga de reforestación de San Lorenzo de Caldono también nos enseñaron no solo el arte de la reforestación sino la reforestación mental y del mundo de la vida. El colectivo Tierras del Shan nos alimentó y nos sugirió cómo hacer las cosas y la comida con amor y con conciencia.

En la minga “Saberes para la vida”, el maestro Lennin Anacona siempre nos preguntó “¿Qué es eso de lo natural?” y cómo ir contra toda naturalización hegemónica. Además, nos mostró que lo colectivo no es tan fácil, que se puede caminar la educación, que se construye el conocimiento desde la raíz, se asume una educación ya no para avergonzarnos, se abrigan otras formas para caminar el pensamiento, se mete la espiritualidad en los procesos de indagación y no sólo se debe recurrir al “taita” google, y en general, nos mostró la investigación como un proceso de crianza de conocimientos y sabidurías.

También Carlos A. Mera nos dejó ver desde sus producciones audiovisuales la necesidad de asumir el legado de los maestros de esgrima en el norte del Cauca, a recuperar la memoria y como decía el maestro Ananías Caniquí y hoy Porfirio Ocoró, a “no dejar que se acabe eso”. Asimismo, el colectivo Pan Rebelde nos insistió sobre la necesidad de la recuperación y reactivación de la comida tradicional y local como instrumento de defensa y arma política, pero, sobre todo, nos recalcó el hecho de “no darnos el lujo de no encontrarnos”.

Conversando sobre Comunidad, gobierno y autonomía, Humberto Pino e Isabel Cristina Zuleta de Ríos Vivos Antioquia, nos socializaron y mostraron cómo es que se enfrenta el monstruo de EMP y sus proyectos de secuestro y muerte. Con ellos aprendimos cómo es eso de “defender los derechos y aprender a permanecer en los territorios”, cómo es eso de la “represión del Estado y de las empresas”, que “homogeneizar implica dominar la diversidad”, que la población que resiste el nefasto y monstruoso proyecto de Hidroituango no “quieren ser los paisas que arrasan todo y crean vergüenzas”; que es necesario “comprender el fenómeno sin separaciones”, que el “río nunca ha sido frontera sino conexiones múltiples”, que “Hidroituango también es un proyecto de desaparición forzosa”, que “más importante que salvar el proyecto de honor de los paisas es la dignidad y la salvación de la gente”; en fin, y como personalmente ya lo había sostenido, que Hidroituango es la mejor muestra del fracaso de la arrogancia empresarial paisa.

Yunen Torres, del Consejo Juvenil de Cheran, de Michoacán, México, nos mostró el contundente proyecto autonómico de defensa comunal y territorial de Cheran, Michoacán, así como el valor de la fogata en tanto escenario conversacional y político, y las iniciativas del capital y del Estado después de intervenir el territorio. Así pues, como nos comentaba, es claro como pasa por acá, que “ya que te dañamos el territorio, pues cultiva aguacate”.

Erol Polat, del Congreso Nacional de Kurdistán (KNK), no mostró el lugar privilegiado y determinante de las mujeres en sus procesos deliberación como en la organización de la vida, la domesticación de los animales y el cultivo de todo. Nos enseñó la necesidad de identificar que “los partidos políticos solos no pueden organizar una sociedad”, que hay que decidir también entre comunismo, socialismo o el pueblo, así como la no diferencia entre partido y religión. Se trata, insistió Erol, en “liberar el pensamiento para liberar el territorio”, así como examinar ¿dónde están los imperios? y sobre la imperialidad en nuestras vidas.

También Andrea Reinosos y Juan Carlos Guerra, del Colectivo Desde el Margen de Ecuador, nos mostraron la importancia de entender el tránsito del cuerpo biológico al cuerpo político, la necesidad de trabajar las políticas del placer y del deseo, la tragedia del “pon la denuncia y no te movilices”, las trampas del modelo del matrimonio igualitario, del orgullo gay y de sus innumerables exclusiones, las dudosas agendas de muchas Ong´s y del Estado y entre otras cosas, la memoria como articulación y mecanismo de defensa, la diferencia entre autonomía y reclamos por la inclusión, el neocolonialismo chino en América Latina, el chantaje estatal desde la minería, es decir, las regalías, y en general, la necesidad de “juntarnos para hablar otra vez sobre nuevas formas de organización”.

En la conversación sobre Tierra, Alimentación y Buen Vivir, Leider Burbano de las Escuela campesina Amolando Sabiduría de la Vega, Cauca, con su entusiasmo campesino y claro, con su generosidad campesina, nos enseñó que, en medio de esta dictadura alimentaria global,  “todo aquel que se alimenta es una víctima”, que “ a quien no sabe para dónde va, cualquier camino le sirve”, que “renegar no es nuestra esperanza”, que es posible convertir las políticas populares en políticas públicas, que se requiere “amolar las sabidurías”, que sí se puede mezclar pero armonizando sin saturaciones.  Igualmente, con Silvia Gómez de la Red de Guardianes de las Semillas de Consaca, Nariño) aprendimos sobre Ecoversidad (diversidad de conocimientos), sobre la defensa de las semillas criollas y nativas como principio y fin de la vida, así como sobre el valor de los otros profesionales, los que profesan lo que saben y lo que les gusta.

También con Luz Stella Pérez del Acueducto comunitario El Portillo (Topaga, Boyaca) aprendimos sobre un sinnúmero de luchas y agenciamientos alrededor de la gestión, la conservación y la preservación del agua como bien común, así como sobre la necesidad en estos tiempos de “echarle ojo a la tierrita”. Maikel Pérez y Reynaldo José Gómez de la Red Cecocesola en Barquisimeto, Venezuela, nos mostraron el valor de la creación y la obstinación en tiempos difíciles, esta vez desde la fuerza de la cooperación sin partidos y desde el acto de juntar manos, ideas y esfuerzos, todo esto dirigido a la “construcción aquí y ahora del mundo que queremos”

Toda una gran conversación complementada con preguntas, exaltaciones, consideraciones, tensiones de hombre y mujeres que dejan ver cómo nos vamos jugando la vida, cómo desde otras orillas se lucha hasta para el reconocimiento de las cifras, cómo importa el valor de los agenciamientos y no tanto de la masividad, cómo es indispensable que también la Universidad organice el pensamiento o cambie el entendimiento del mundo, como se cooptan los dirigentes pero no las comunidades ni los procesos, cómo la minería y los megaproyectos no sólo contaminan el rio sino el ciclo hídrico, es decir, la vida. Como gran parte del secreto está en la reconexión y la configuración de “un mundo femenino, con la madre tierra y en perspectiva autonómica” como lo sugiere nuestro amigos y cómplices de caminada Manuel Rozental y su (y nuestra) compañera Vilma Almendra.

Esta es una nueva gran muestra de lo que venimos llamando el “afuera escolar”, el movimiento de “justicia cognitiva” y el acto de juntarse para diseñar una(s) idea(s), esta vez con viejos y nuevos amigos, siempre dispuestos a experimentar esa especie de economía de la generosidad, es decir, de los dones, los afectos y los saberes. Nuestra especial y eterna gratitud al maestro Carlos Corredor Jiménez quien a pesar del caos institucional, aún disfruta coordinando nuestro Programa de Maestría, a los estudiantes de la V cohorte (Carolina CruzPaola Molina NichollsTatiana Bachiller Echeverry, Ada, Javier, Alex BurbanoCarlos Alberto Rengifo RuizLyanne Orozco) quienes con esfuerzo y alegría, nos hicieron posible este afectuoso evento. Asimismo, nuestras gracias enormes a los maestros Luis Alfredo Londoño y Juan Pablo Paz Concha (Aquaman) y su defensa a ultranza del agua desde su vida y desde el programa de Especialización en Gestión integral del recurso hídrico, a los compañeros de Doctorado en Etnobotánica y Estudios Bioculturales, gracias maestra Olga Lucía Sanabría (Coordinadora), a  Jorge Tobar (coordinador de la Especialización en Gerencia de Proyectos), al comité de investigación y postgrado de la FCCEA de nuestra universidad, a las tejedoras de Teje Popayán y su formidable síntesis del evento. A Landy Bedoya y su brutal síntesis a través de la imagen conceptual. También al apoyo audiovisual y la compañía de  Cristian Andrés Narváez como de los fotógrafos, documentalistas, pintores, etc, y todas esas apuestas por otras maneras de la razón y por la teoría iconográfica. A los músicos y a los danzantes que metieron mano con sus prácticas intelectuales. A los estudiantes de la VI cohorte de nuestra maestría MEID, a su fe y su entusiasmo que siempre nos entusiasma. A Olga Cadena de CICAFICULTURA y a sus investigadores, así como a Javier Tobar quien desde la tierrita en sus andes, también nos acompañó. Gracias mil al maestro Rubén Dario Pardo y sus entusiastas estudiantes de la Universidad del Quindío por su enorme complicidad y compañía. Gracias a quienes nos visitaron de Brasil, Chile, México y otros países, y gracias a los colectivos, comunidades, movimientos, combos, familias y parches por acompañarnos y valorar este esfuerzo y nuestro acto político de incomodar.  Bueno, en fin, a todos y todas, quienes también esta vez, estoy seguro que se me escapan.

Claro que no cerramos el canasto, pues cada encuentro es una nueva apertura para como lo dijo el maestro Álvaro Velasco recordando a las comunidades indígenas del Amazonas, seguir en pie AVISANDO, AVIZORANDO, CUIDANDO y CURANDO, y claro, ENDULZANDO LA PALABRA y ENFRIANDO LA CABEZA.

Notas:

(1) http://www.cric-colombia.org/portal/cauca-cambiar-el-mundo-no-viene-de-arriba-ni-de-afuera/

FUENTE: Olver Quijano Valencia / Kurdistán América Latina