“En Rojava no hemos luchado contra Daesh sino contra la mentalidad del hombre”

“En Rojava no existe el gobierno”, afirma rotunda Rohash Shexo para responder a la primera pregunta de la entrevista. Es 30 de marzo y nos encontramos a las puertas de unas jornadas sobre la revolución de las mujeres en este enclave de Oriente Medio que ha organizado CNT Comarcal Sur en el Centro Cultural Ágata (Villaverde, Madrid).

La que escribe, grabadora en mano, pretende tímidamente acercarse a la realidad de esta región kurda, alojada en el norte de las tierras sirias. Su occidentalizada mente, arraigada en la cultura de una insuficiente democracia representativa, quiere saber si Kongreya Star, la organización a la que representa Shexo, forma parte o no del gobierno, y qué tipo de influencia tiene en él. Pero resulta que en Rojava no existe el gobierno. O más bien, el gobierno son todas. Así pues, pasamos a la siguiente pregunta mientras Shexo, traductor mediante, sonríe al resumir con esta frase muchos de sus logros.

El Kurdistán, territorio histórico dividido en cuatro entre Turquía, Irak, Irán y Siria, alberga habitantes de tradición luchadora que han unido fuerzas para conseguir el reconocimiento de sus derechos como pueblo. Además, desde la Federación Democrática del Norte de Siria (Rojava) han dado la batalla para expulsar al Daesh, durante la guerra. El pasado 23 de marzo las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza armada liderada por los kurdos, anunciaban la derrota del autoproclamado califato de este grupo yihadista. Con esta victoria de telón de fondo, Shexo nos explica la relevancia que ha adquirido la lucha de las mujeres para liberar a todo un pueblo. Una lucha en el campo de batalla, pero también, y más importante aún, en el campo civil. Una lucha que demuestra que otro sistema es posible. Para ello, empezamos por el principio.

-¿Cómo habéis llegado hasta vuestro sistema político actual, envidiado por muchas en Occidente?

-En Siria hay más de un millón y medio de kurdos. No teníamos ningún derecho como pueblo y estábamos muy machacados por el gobierno. Ni derechos culturales, ni derechos políticos, ni derecho a una nación. Estábamos en un país donde mandaba un gobierno fascista que es el gobierno del partido Baaz (actualmente liderado por Bashar Al Assad). Hemos vivido momentos muy duros bajo este gobierno. Un gobierno que solo piensa en un partido, un pueblo y una nación.

En los años 80 empezamos a trabajar para conseguir nuestros derechos. Ese movimiento que empezamos en los años 80 vino de un grupo nacido en el Kurdistán de Turquía. Nosotras ya sabíamos que éramos kurdas y ellos nos dieron el empujón para luchar por nuestros derechos como pueblo. Este proceso fue liderado por Abdullah Öcalan, que es el conocido líder del pueblo kurdo. Después, crearon el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), para luchar por conseguir sus derechos en la parte de Turquía. Y a raíz de ese movimiento nosotros empezamos a organizarnos. Empezamos a investigar sobre nuestra cultura, sobre nuestros derechos.

En 2003 creamos nuestro partido en la parte kurda de Siria y empezamos a trabajar, el PYD (Partido de la Unión Democrática). Hemos evolucionado muy rápido gracias a la experiencia del PKK. Aprendimos mucho de ellos. La llamada primavera árabe para nosotras es la primavera de todas las naciones de la zona. Y así, en 2013, surge nuestro sistema, el confederalismo democrático, en donde todo el mundo tiene sus derechos y se practica la democracia directa. Nos organizamos en comunas y de las comunas pasamos las decisiones a las asambleas. Nosotras no usamos la palabra gobierno. Construimos de abajo hacia arriba, no de arriba hacia abajo. Cuando se dice la palabra gobierno, nos referimos a un sistema que viene establecido desde arriba.

-¿Qué es Kongreya Star y qué función desarrolla en Rojava?

-Nosotras llevamos mucho tiempo trabajando en una organización que agrupa solo a mujeres. Nuestro trabajo no ha empezado con la revolución siria de 2011, llevamos mucho tiempo en esto. Nuestra organización, fundada en 2005, es un paraguas que agrupa al resto de organizaciones de mujeres. Todas las que participan en cualquier partido político y en cualquier organización o cualquier comuna. En Rojava hay un sistema de copresidencia, es decir, todos los partidos deben tener un presidente hombre y una presidenta mujer. Existe doble representación tanto en el área política, como de Defensa, en Cultura, Educación o Asuntos Sociales. Todas las portavoces forman parte de nuestra organización.

-¿Por qué hablamos de la revolución de Rojava como una revolución de mujeres?

-Cuando se habla sobre la revolución de Rojava lo primero que viene a la cabeza son las mujeres porque hemos luchado por igual en contra del Daesh. Para nosotras, una revolución donde no existan las mujeres no es una revolución. Lo que hemos hecho es luchar contra la mentalidad del hombre. No nos referimos solo a la lucha con las armas. Y esto gracias a un gran trabajo cuya ideología ha sido la de liberar a las mujeres.

En Europa, cuando pensáis en la revolución de Rojava os viene a la cabeza la imagen de la mujer en el Ejército, pero su papel ha ido mucho más allá…  Como decíamos antes, las mujeres estamos en todas las partes al 50 por ciento. Nuestro pensamiento es vivir en igualdad. Creemos en eso y trabajamos a raíz de eso. En algunas áreas las mujeres tienen hasta el 70 por ciento de representación. A nosotras se nos reconoce por la lucha contra Daesh pero nuestro objetivo no era luchar contra Daesh, nos han obligado a luchar contra ellos. Nosotras nos hemos defendido, no hemos atacado y no teníamos otra opción. Ahora estamos construyendo un sistema social basado en la igualdad.

-Tener que participar en una guerra para conseguir la paz es duro. ¿Cómo habéis superado esa contradicción?

-La guerra es muy dura y nunca trae cosas buenas. Nuestra resistencia venía porque teníamos un objetivo a alcanzar que era la igualdad y vivir en paz. Y eso nos movía para luchar contra ellos. No hemos luchado contra Daesh, hemos luchado contra la mentalidad del hombre. Y esto nos ha hecho ganar la batalla. No hemos luchado solo en el campo de batalla. Hemos basado nuestra resistencia en investigaciones en torno a la Jineologi y el conocimiento de las mujeres a lo largo de la historia. Nuestras investigaciones siguen adelante. Hemos construido pueblos de mujeres en Rojava basados en sistemas cooperativos. Hemos creado academias para la educación de las mujeres. Tras el fin de la guerra contra Daesh que se anunció la semana pasada nosotras ya tenemos una organización consolidada y lo que queremos es que esa guerra sea una guerra olvidada.

-¿Cómo lucha Rojava contra la violencia machista?

-Tenemos una asamblea centrada en la lucha contra este problema. Además, hemos cambiado muchas cosas en el sistema judicial. Hemos cambiado leyes y ahora hay muchas que benefician a las mujeres para que no sufran discriminación. Por ejemplo, antes los hombres podían casarse con cuatro mujeres, ahora eso ya no se puede hacer. Hemos implementado leyes para que la mujer pueda denunciar casos de machismo. Además, antes en Siria la custodia de los hijos era siempre para los padres. Ahora es de la madre. Hemos diseñado un sistema educativo para que las mujeres sepan luchar contra la violencia machista. Y no solo para las mujeres, si no para los hombres también.

-Vuestra lucha es un ejemplo para el mundo. ¿Cómo podemos copiarla?

-Nosotras no consideramos que lo que hemos conseguido es simplemente para la mujer de Rojava, sino que es para todas las mujeres. Por eso estoy aquí en España y por eso hay delegaciones de mujeres de todos los países viajando a Rojava para poder compartir conocimientos. Dentro de Rojava hay comunas internacionalistas. En ellas, interactúan compañeras de Rojava y compañeras de otros países durante seis meses para copiar cosas unas de otras. Y lo más importante para poder sacar esto adelante es organizarnos. Y educarnos en el sistema democrático y en cómo ponerlo en práctica.

-¿Cómo se celebró en Rojava el último 8M?

-Hicimos muchas actividades. Había una delegación de mujeres españolas allí ese día. Pero, para nosotras, el día 8 no es el día de la mujer, sino que todos los días son el día de la mujer. Y como para nosotras todos los días son el día de la mujer, todos los días tenemos actividades. El día 8 todas las mujeres salieron a celebrar con sus ropas tradicionales. En los medios solo se hablaba de las mujeres. Nuestro lema para ese día fue que el machismo que sufre la mujer no es el machismo del hombre, sino del sistema. Y por eso la mujer tiene que romper ese muro y ser ella misma. “Be yourself” es nuestro lema.

FUENTE: Sara Plaza Casares / El Salto Diario