El Sí en el referéndum llevará a Turquía a una dictadura

El 21 de enero de 2017, el Parlamento turco aprobó la propuesta para la modificación de la Constitución, que consta de 18 artículos. Serían necesarios 367 votos y una mayoría de las 2/3 partes para aprobar la reforma constitucional. Pero con los votos del AKP y el MHP no fue suficiente así que ahora se decide en referéndum la reforma constitucional, habiendo sido anunciado para el día 16 de abril de 2017.

Se ha especulado sobre la razón por la que Erdogan ha tardado tanto tiempo en firmar el decreto. Una de las especulaciones sostenía que Erdogan no quería llegar a la consulta porque se encontraba en inferioridad, ya que las encuestas de opinión daban el No contra el Sí. Dichas especulaciones fueron desmentidas a posteriori por la firma del proyecto de ley.

El día de la consulta, los ciudadanos de Turquía deberán hacer frente a la cuestión de si quieren o no aprobar la nueva constitución. El resultado de esta pregunta tan simple tendrá grandes repercusiones en Turquía, Oriente Medio y en todo el mundo. Es mucho más que una simple enmienda constitucional. La pregunta es si Turquía se convierte en una dictadura o si logra mantener viva, a pesar de todos los contratiempos, su esperanza de lograr la democracia. De hecho, en Turquía, antes de las elecciones del 7 de junio de 2015, el tema de la democracia había sido llevado a una vía muerta. Lo mismo se puede decir respecto a los derechos humanos en el país. Este referéndum es la última oportunidad de cambiar el rumbo de Turquía hacia la democracia. Para ello, es necesario un fuerte compromiso de las fuerzas de oposición. A pesar de la persecución, la represión y los ataques del AKP, la oposición interna ha iniciado una campaña para la preservación de la democracia.

El Sí en el referéndum llevará a Turquía a una dictadura en manos de un solo hombre. El Presidente de la República tomará las decisiones que estime oportunas y en la práctica no habrá ninguna instancia que tenga la capacidad de controlarle. Permitirá al presidente del Estado gobernar sin trabas. Podrá conducir al país de manera independiente del Parlamento y de los decretos. Todos los derechos serán pisoteados a lo largo y ancho de Turquía, al igual que estamos viendo en la actualidad en el Kurdistán.

Tras el fallido golpe militar de julio de 2016, se inició un estado de emergencia, que según palabras de Erdogan, era para combatir a los líderes del golpe, en concreto a los seguidores de Gülen. Pero en la realidad los objetivos del AKP se han vuelto contra las fuerzas de la izquierda y contra los kurdos. Perdieron su empleo 102.000 personas. Todavía no está claro cómo y quiénes prepararon la lista negra. Entre los despedidos hay cientos de académicos que tan solo firmaron una declaración a favor de la paz. A esto hay que sumar innumerables profesores y funcionarios públicos. No hay que olvidar a los cientos de canales de radio y televisión, agencias de noticias, periódicos, revistas y sitios de Internet que fueron cerrados.

Erdogan y sus secuaces del AKP, ni tan siguiera sienten la necesidad de disimular su política de censura. Con la excusa de la “seguridad nacional” procede con rabia contra periodistas y medios de comunicación. RTÜK es una entidad turca creada para supervisar los medios de comunicación, compuesta en su mayor parte por miembros del AKP, han prohibido a las agencias de prensa publicar noticias sobre los ataques terroristas. Esto quiere decir que si existe un ataque en Turquía, antes de ser transmitido al público, debe ser aprobado por RTÜK.

Eliminar al HDP como estrategia de campaña para el referéndum

Solo esta última semana en Turquía detuvieron a más de 2000 miembros del HDP. Estas oleadas de detenciones coinciden en un momento en que el partido prepara su campaña por el No. La represión contra el HDP y organizaciones afiliadas no son nuevas. 75 de un total de 103 ayuntamientos del Partido Democrático de las Regiones (DBP), la mayor organización afiliada al HDP, han sido puestos de manera forzosa en manos de burócratas del AKP. En el resto de las ciudades, todas las decisiones de los alcaldes están vinculadas a la aprobación del gobernador. En la actualidad 13 diputados del HDP están en prisión. Con este panorama es obvia la falta de legitimidad de un referéndum constitucional.

En las elecciones parlamentarias del 7 de junio de 2015, el HDP estuvo expuesto a una presión enorme por parte del Estado. En realidad fue arrastrado fuera de la actividad política. Intentaron neutralizar al partido de manera litera, descabezándolo. El último movimiento de esta política fue meter en prisión a la co-presidenta Figen Yüksedag y la detención del diputado Idris Baluken.

Pero también los tentáculos de Erdogan han llevado a detener a una miembro de la dirección kemalista del CHP, Sera Kadigil, tras haber explicado con todo detalle en la televisión las consecuencias de las enmiendas constitucionales. Fue acusada de “ofensa al presidente” y ya no será bienvenida a los debates políticos televisados. El MHP, la derecha más radical y reaccionaria, comenzó una campaña de limpieza contra todos aquellos que se oponen a la introducción de un sistema presidencialista. Una iniciativa respaldada por más de 1500 miembros del MHP que se alineó contra las enmiendas constitucionales el 18 de febrero, fue sitiada por primera vez por la policía. Hüseyin Sözlü, distinguido miembro del MHP y alcalde de Adana, ha sido condenado a cinco años de prisión, por estar alineado al No a la reforma. La versión oficial de su detención es una historia de corrupción, pero no convence a nadie. Ahora Adana, la cuarta ciudad más grande de Turquía en población, está en manos de una administración forzada.

El Estado turco, culpable por crímenes de guerra en un gran número de ciudades kurdas, ha puesto en práctica lo ocurrido en los años 90, y ha comenzado a aterrorizar a la población rural de Kurdistán. Estos últimos días han aparecido en los medios lo ocurrido en la localidad de Xerabê Bava, distrito de Nusaybin. Muestran a soldados turcos posando delante de los cuerpos de personas con muestras de haber sufrido torturas. En muchas localidades de la región se ha aplicado un estricto toque de queda.

Además de la guerra en el Kurdistán Norte, el gobierno turco continúa amenazando a las Fuerzas Democráticas de Siria y a la Administración Autónoma de Rojava. Las posiciones kurdas en Siria han sido atacadas en varias ocasiones por el ejército turco y por grupos afines. Este incremento de los ataques pre-referéndum es visto por muchos como un intento del AKP para hacer propaganda en las zonas nacionalistas para el Sí, intentando convencer al electorado ultra nacionalista del MHP de la necesidad de un “hombre fuerte” en la cumbre del Estado.

Mientras, el Partido Islamista en Kurdistán, Hür Dava Partei (Hüda-Par) declaró que apoyará las enmiendas constitucionales y por lo tanto al sistema presidencialista. Los partidarios de Hüda-Par, son comparables a los seguidores de la organización islamista kurda Hezbola de los años 90, junto a las estructuras del estado profundo, fueron responsables de innumerables asesinatos de activistas kurdos.

FUENTE: Civaka Azad/NEWROZ EUSKAL KURDU ELKARTEA