El mundo “civilizado” es co-responsable del genocidio de lxs kurdxs

Después de los acontecimientos poco positivos en el curso del referéndum de independencia en Başûr (Kurdistán del Sur), mucho se escribió sobre las traiciones de los Estados Unidos y los países occidentales cometidas contra lxs kurdxs. Bajo el pretexto del referéndum, el ejército iraquí ha llamado a un ataque contra la administración kurda y, en el proceso, ha capturado casi el 50% de las zonas, incluida Kerkûk, que anteriormente estaban bajo el control de las instituciones autónomas kurdas. Los estados occidentales guardaron silencio sobre estos eventos. Y ahora guardan silencio sobre la guerra de ocupación del ejército turco contra Afrin. Debido a estos acontecimientos, mucha gente habla ahora de la traición de los poderes hegemónicos globales contra el pueblo kurdo. Dado que Occidente no podía renunciar por completo a Turquía, tolera, por tanto, la ocupación turca y de esta manera apuñaló a lxs kurdxs por la espalda.

No quiero insinuar que las personas que usan este patrón de razonamiento tengan malas intenciones. Pero creo que los análisis de este tipo son engañosos debido a la comprensión errónea del concepto de “traición”. Porque sólo puedes ser traicionadx por personas o fuerzas que están muy cerca de ti. Pero un juez que condena a alguien a muerte y el verdugo que luego ejecuta esta sentencia no cometen traición a la persona condenada. Ellos hacen su “trabajo”. Lo que quiero decir con esto: la traición solo puede ser cometida por amigxs o compañerxs de lucha.

Pero hablemos de la realidad kurda. Las kurdas y los kurdos siguen siendo sujetxs a políticas genocidas, negación y aniquilación. Esta política es en última instancia una obra del imperialismo de Occidente. Lxs kurdxs están en un estado permanente de encarcelamiento. Como si toda la población kurda hubiera sido condenada a cadena perpetua y al Estado colonial turco tuviera asignado el papel de carcelero. La prisión de Imrali, en este contexto, constituye un microcosmos del encarcelamiento impuesto a toda la población del norte del Kurdistán. Bajo estas circunstancias, la población kurda encarcelada está a merced de unos carceleros carentes de conciencia. En este contexto, hablar de la traición de Occidente a lxs kurdxs es engañarnos a nosotrxs mismxs. Cada kurda y cada kurdo que aspira a una vida libre deberían ser conscientes de esto.

Los intereses pueden superponerse entre sí, pero…

Por supuesto, esto no significa que debamos llegar a la conclusión de que lxs kurdxs no tienen que construir relaciones con ningún Estado occidental. Eso sería dogmático e improductivo. Cualquiera con un poco de sentido común lo entiende. Por lo tanto, no hay nada por lo que quejarse si las fuerzas democráticas del norte de Siria han establecido relaciones con las fuerzas de la coalición. Las relaciones con Rusia también deben evaluarse de esta manera. Por otro lado, sería un error atribuir importancia estratégica a largo plazo a estas relaciones y generar esperanzas al respecto. La naturaleza del capitalismo se basa en intereses. Y la política de interés es diferente a la amistad. Por lo tanto, puede suceder que durante un período de tiempo determinado las fuerzas democráticas establezcan relaciones con los estados, porque los intereses se superponen entre sí de manera puntual. Pero si construyes una relación de este tipo, existe una regla importante: tienes que tomar todas las precauciones para que aquéllos con los que formas esta “asociación puntual” no tengan la oportunidad de atraparte, ya mañana, en su trampa. Si te apuñalan por la espalda, deberías buscar las razones de esto en tu propia negligencia. Porque tal error significa que no entendiste correctamente la política de interés y fría del capitalismo y por lo tanto no tomaste las precauciones necesarias.

Por supuesto, hay ciertos valores fundamentales que son importantes para toda la humanidad y que no pueden ser ignorados siquiera por los estados. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, los Convenios de Ginebra o la Convención para la Prevención y la Sanción del Genocidio son tratados y acuerdos internacionales que han surgido sobre la base de estos valores. Muchos de estos acuerdos son vinculantes para los estados signatarios. Sin embargo, estos mismos estados cierran los ojos a los ataques genocidas del Estado turco contra lxs kurdxs. Si queremos hablar de traición, entonces es exactamente aquí, en este punto, porque estos estados, con su comportamiento ignorante, están traicionando a toda la humanidad. Por lo tanto, hay que pedir repetidamente a los estados que cumplan con los acuerdos internacionales firmados por ellos mismos. Si sucede lo contrario, toda la humanidad se ve afectada y todxs tenemos que oponernos a ello.

La dictadura de Erdoğan habla abiertamente de la aniquilación de lxs kurdxs

Somos testigos de cómo el Estado fascista turco intenta ganar legitimidad para su guerra de invasión contra Afrin con la aparente excusa de “eliminar la amenaza del PKK”. Pero nos damos cuenta de que la voluntad del pueblo kurdo por una vida libre, algo que en Afrin ha tomado una forma tangible, conduce al Estado turco al borde de la locura. Por esta razón, Turquía ataca cada vez allí donde un kurdo/una kurda lucha por su libertad. El objetivo de los ataques turcos en Rojava, Şengal, Maxmûr o Asos es mantener a lxs kurdxs en una condición de esclavitud y sin identidad propia. Desde el punto de vista del Estado turco, un kurdo/una kurda que aspira a una vida libre es como un/una prisionerx que se fuga de una prisión de alta seguridad. Hay que eliminarle o capturarle de nuevo y arrojarle a la celda. La demanda de un kurdo/una kurda por la libertad representa el crimen más grande.

El dictador fascista Erdogan pregonó delante de los ojos del mundo entero que quiere exterminar a lxs kurdxs que están al oeste del Éufrates, allí donde está también Afrin. Dice que no va a aceptar la existencia kurda en Siria en la parte occidental del Éufrates y que quiere “limpiar” estas áreas. Incluso los regímenes sirios del pasado no habían tomado tales medidas contra lxs kurdxs. La actual definición del concepto de genocidio es: “medidas que ponen en cuestión la existencia (física, étnica, racial y cultural) o la identidad de un grupo étnico”. Por lo tanto, Erdogan anuncia, ya casi solemnemente, que va a cometer genocidio en el norte de Siria, mientras que los estados de este mundo, que -sobre el papel- se han comprometido a prevenir el genocidio, se envuelven en silencio. Pero, ¿qué más se puede esperar de una civilización que ha sacrificado toda forma de valor sagrado a cambio de ganancias y los propios intereses comerciales?

Afrin resiste en nombre de la humanidad

Este dictador, antes del comienzo de la operación de Afrin, declaró con toda seriedad que quiere devolver la ciudad a sus verdaderos dueños. ¿Pero quiénes son estos dueños? Como tales, naturalmente considera a sus agentes en Siria, de quienes se ha servido durante años. Así, la verdadera población de Afrin es sumariamente declarada como ocupante, mientras que se supone que estos agentes extranjeros de Turquía serán los dueños de la ciudad. Pero con este razonamiento Erdogan está olvidando un hecho central: ni Afrin en particular ni Siria en general le pertenecen.

Afrin está en todas partes, la resistencia está en todas partes

La resistencia de Afrin no es solo una resistencia en nombre de lxs kurdxs . Es una resistencia de los pueblos de la región y una resistencia que se lleva a cabo en nombre de la humanidad. Esta resistencia no tiene que ver solamente con la libertad de la identidad kurda, sino del futuro libre de todos los pueblos del país. Por esta razón, toda la población de Afrin, independientemente de su edad, género, nación y afiliación religiosa, se opone a esta guerra de ocupación. Lxs amigxs del pueblo de Afrin también deberían sentir esta voluntad de resistencia en sus corazones y participar en esta lucha de acuerdo con el lema “Afrin está en todas partes, la resistencia está en todas partes”. El peligro para Afrin no se disipará con un par de acciones grandes. Por esa razón, todxs tenemos que ponernos a resistir de manera permanente.

FUENTE: A. Haydar Kaytan* / Kurdistan Report / Traducido por Rojava Azadi

*Ali Haydar Kaytan, miembro de comité ejecutivo de KCK (Koma Civakên Kurdistan). Nacido 1952 en Dêrsim, conocido como “heval Fuat” (compañero Fuat) es uno de los miembros fundadores del PKK. Después del golpe militar de 1980 en Turquía, se exilió en el norte de Iraq y asumió el liderazgo de un campo de entrenamiento del PKK, para luego convertirse en miembro del Comité Central del partido. Algunos años más tarde le fueron confiadas tareas organizativas en Alemania, donde fue detenido en 1988 por “pertenencia a una organización terrorista” y pasó seis años en la cárcel. Actualmente forma parte del comité ejecutivo de la KCK (Unión de las Comunidades de Kurdistán) en las montañas de Qendîl (Kandil). En 2015 el Ministerio de Interior turco agregó su nombre a la llamada “categoría roja” (los más peligrosos) del listado de “los terroristas más buscados del país”.