El despertar de Shengal y la fuerza de la juventud

Han pasado tres años del genocidio que la población yazidí de Shengal (noroeste iraquí) sufrió a manos del Daesh. Además de la masacre que acabó con la vida de miles de personas y que desplazó a más de 200.000 habitantes, 5.000 mujeres fueron secuestradas para ser vendidas como esclavas sexuales.

El genocidio del Daesh contra la población kurda yazidí significó el asesinato de miles de personas que no pudieron huir a tiempo, así como el secuestro de miles de mujeres para ser vendidas y tratadas como esclavas. Las fuerzas peshmerga, ejército regular del Gobierno Regional de Kurdistan (GRK), que hasta entonces tenía cierta presencia en la zona, abandonaron sus posiciones ante la ofensiva yihadista, dejando a la población local desarmada, asustada y mal preparada.

Sin opción a organizar ninguna resistencia posible, más de 200.000 personas se vieron obligadas a dejar sus hogares para buscar refugio donde sobrevivir. La comunidad internacional no brindó ningún apoyo militar (la Coalición Internacional todavía no se había formado), y la ayuda humanitaria que recibió la zona fue mínima: unas cuantas tiendas para refugiados con logotipos de UNHCR que lanzaron desde helicópteros, junto con botellas de agua y algunos víveres.

La población que pudo escapar tuvo que refugiarse en las montañas, donde varias personas perdieron la vida por deshidratación, consecuencia de las temperaturas extremas que alcanza la desértica región en verano. Ante la desesperada situación, las milicias kurdas de Rojava (YPG e YPJ), junto con las HPG y YJA-Star (unidades de guerrilla del PKK), decidieron hacer frente a la barbarie del Daesh, movilizándose en una operación para romper el asedio que sufrían los supervivientes.

En cuestión de días, abrieron un corredor humanitario para poder alcanzar la zona y evacuar a los civiles, iniciando la liberación del territorio del régimen de terror implementado por el autodenominado Estado Islámico. Entre la gente que huyó de su hogar abundaba el miedo a volver en zonas urbanas por el trauma de la guerra y la población se estableció en campos de refugiados autogestionados en las montañas.

Actualmente, estos campos improvisados van tomando forma de nuevos núcleos semiurbanos, donde se alternan, de forma desordenada, las tiendas con logotipo de UNHCR con modestas edificaciones de reciente construcción. A día de hoy, tres años después del inicio de la pesadilla que esta tierra ha vivido, se empieza a superar el miedo y a mirar hacia el futuro. Shengal está más viva que nunca.

La revolución en Shengal está tierna, pero echando raíces

Ahora la población rechaza la administración del KDP, que les abandonó en los peores momentos de crisis. En cambio, el apoyo recibido por las fuerzas revolucionarias de Rojava ha permeado y a día de hoy se organizan mediante un modelo de autoadministración inspirado en el paradigma del confederalismo democrático.

Las comunas son la base del modelo de autogobierno y son las estructuras que coordinan las necesidades de la gente de los campos de refugiados con la de los pueblos que han permanecido en pie. Para proteger este proceso de autonomía han desarrollado sus propias unidades de autodefensa: las YBS (Yekitya Berxwedana Sengale, unidades de resistencia de Shengal) y las YJS (Yekitiya Jinen Sengale, unidades de mujeres de Shengal).

La frontera que divide Rojava de Shengal, la línea entre los estados de Siria e Iraq trazada por el colonialismo del tratado de Sykes-Picot, es ahora solamente una línea en los mapas oficiales. La única diferencia visible al cambiar de una región a otra son los colores de las banderas de los checkpoints que se distribuyen por las carreteras, que abandonan el amarillo y verde propio de las YPG-YPJ para dar paso el rojo y verde propio de las YBS.

El modelo de autoadministración tiene todavía muchas carencias si lo comparamos con Rojava, puesto que las ideas revolucionarias cocidas a fuego lento en la sociedad kurda no gozaban de mucha popularidad a Shengal. Esto se debe en gran medida al modelo conservador y tradicionalista que abunda entre la población yazidí, que se acentuó debido a los años de aislamiento impuesto por la administración del KRG.

Este aislamiento, fruto del rencor y con aires de venganza por parte del presidente de la región del Kurdistán iraquí, Masoud Barzani, y su KDP, derivó de la poca implicación que tuvo la población yazidí en el levantamiento del clan Barzani, que luchó contra el régimen de Saddam Hussein en los años 90.

Así fue como se inició un profundo distanciamiento entre el KRG –que se proclama como un gobierno kurdo– y esta particular comunidad de etnia kurda, heredera de una religión de raíces presemítiques. A día de hoy la tensión sigue en aumento, con casos de familias yazidís expulsadas de su casa por tener miembros que se han unido a las YBŞ.

El primer congreso de la juventud

El genocidio y la guerra sacudió las vidas de la gente de la región de forma terrible, y esto ha hecho tomar conciencia a la población –sobre todo a la juventud– de la necesidad de construir una sociedad fuerte y organizada, para el día de mañana poder evitar que se repita otro genocidio. Gran ejemplo de esto es el primer congreso de juventud yazidí que se celebró en Xane Sor (Khan As Sur) el pasado 7 de junio, resultado del trabajo realizado en dos conferencias previas para analizar la situación de la juventud de Shengal. Más de 200 personas participaron en este congreso, que contó con delegaciones de los diferentes grupos de juventud de la región, junto con delegaciones otras organizaciones yazidís y otros movimientos de juventud de Rojava y Bakur. La asamblea de personas delegadas de cada comunidad que se formó después del evento, ha iniciado con fuerza las tareas de organización social que se han propuesto.

El congreso comenzó con un minuto de silencio, en memoria de las personas que cayeron mártires en la guerra por la liberación de Shengal. Después se puso en común el análisis de la situación en que vive la comunidad yazidí, especialmente la juventud, se resumió el trabajo realizado en las dos conferencias de juventud previas al congreso. Después se cedió la palabra a las diferentes delegaciones invitadas al congreso, que expusieron sus análisis de la situación y la importancia que suponía poner en funcionamiento el congreso de juventud, remarcando el gran avance que esto significaba para Shengal y para la comunidad yazidí. Después de un breve descanso, el congreso eligió a las personas delegadas de cada comuna local, junto con una representación de la comunidad yazidí en Europa, conformando así el cuerpo de la asamblea de juventud de Shengal.

El proceso de selección de la asamblea de juventud, habitual dentro del movimiento kurdo, es sencillo y eficiente: todo el mundo puede proponer a otra persona de su comuna como delegada, pero una persona no puede proponerse a sí misma. La persona propuesta puede elegir aceptar el cargo o rechazar esta responsabilidad, pero si alguien no está de acuerdo con la persona propuesta, puede exponer su desacuerdo y esta persona no puede ocupar el cargo. Las comunas más activas llevaban el trabajo hecho y ya habían decidido quién sería la persona delegada de su comuna, pero otras comunas con menor actividad trataron de elegirla en el propio congreso mediante este sistema. Algunas personas propuestas aceptaron, otros expusieron su imposibilidad para desarrollar la tarea propuesta y rechazaron el cargo, en un alarde de responsabilidad y madurez que puede sorprender, teniendo en cuenta la tierna edad de las personas implicadas en el proceso.

Las personas que hablaron en nombre de las organizaciones invitadas al congreso fueron:

-Delegada de Tevgera Ciwanen Ezidî (Congreso de juventud yazidí)

-Copresidenta de la Xweseriya Democratika Sengal (Autoadministración democrática de Shengal)

-Delegado de las Yekitiya Berxwedan Sengal (Fuerzas de resistencia de Shengal)

-Delegada de las Yekitiya Jinen Sengal (Fuerzas de las mujeres de Shengal)

-Delegada de la Tevgera Azadiya jinen Ezidî (Congreso de mujeres libres yazidí)

-Delegado del PADE, Partiya Azad Demokratik Sengal (Partido Democrático por la libertad Yazidí)

-Delegada del Tevgera Dayika Sehid (Congreso de madres de mártires) y delegada del PAJDE (Partiya Azad jinen Demokratik Sengal, Partido Democrático por la libertad de las mujeres yazidí)

-Delegado de la agrupación de profesores de Shengal

-Delegada de Yekitiya Ciwane Rojava (Fuerzas de la juventud de Rojava)

-Delegado de Tevgera Ciwanen Mahkmur (congreso de juventud de Mahkmur)

-Delegado del Kongra Ezidî Europa (Congregación yazidí de Europa)

-Delegada Rebeveria Ciwanen Cantone Cezire (presidencia de la juventud del Cantón de Cizire)

-Delegada de Ciwanen Bakur e Suriya (juventud de Bakur y Siria)

-Delegada De Ciwanen Azad Arab (juventudes árabes libres)

-Delegada del Agrupación de Mujeres Árabes

-Delegado del congreso de juventud yazidí en Europa

-Delegado del campo de refugiados Newroz de Shengal

-Delegada de la casa de mujeres de Shengal

-Delegada de tevgera Jinen Azad

-Se leyó un mensaje de la juventud de Amed

-Se leyó un mensaje de la comuna internacionalista de Rojava

El renacer de Shengal

El congreso de la juventud es un buen ejemplo de la situación de Shengal, donde la juventud se está implicando de forma profunda y decidida en una transformación social responsable y comunal. La amplia participación de mujeres, así como de otras comunidades étnicas que cohabitan la zona, ayuda a romper los estereotipos que, a menudo, Occidente suele construirse sobre el Oriente Próximo. La organización democrática y plural del congreso muestra una sociedad dedicada a construir un modelo de autogobierno descentralizado y basado en el liderazgo de la mujer y la juventud, igual que la sociedad que se está construyendo Rojava.

La revolución que se inició el 19 de julio de 2012 con la declaración de autonomía de Rojava, se expande no sólo por al devastado territorio del estado de Siria. Shengal en muestra cómo el confederalismo democrático, promovido por el Movimiento de Liberación de Kurdistán, es un modelo funcional allá donde se busca construir un sociedad fuera la dominación de los estados-nación.

La orientación a priorizar la lucha contra el patriarcado y la gerontocracia, situando en el centro de la revolución a la mujer y a la juventud, es un cambio revolucionario a la hora de enfocar el socialismo. La esperanza de un Oriente Medio democrático y plural, capaz de poner fin al sectarismo y la guerra crónica que vive región, hace pensar que este ejemplo puede servir para otros pueblos y comunidades de todo el planeta, y demuestra que otro mundo es posible.

FUENTE: Rok Brosa /El Salto/Rojava Azadî