Condena unánime a la “traición” de Trump a los kurdos en Siria

“Un desastre”, “una traición”, “una irresponsabilidad”. Las declaraciones de condena se suceden para calificar la abrupta decisión del presidente estadounidense Donald Trump de dejar a su suerte a sus aliados kurdos en la lucha antiyihadista y retirar las tropas de EE.UU. al este de Siria para dejar paso a una invasión turca que se anuncia inminente. Los términos son igual de duros en las filas demócratas que los republicanos, incluso entre los más estrechos aliados del presidente. A todos les pilló por sorpresa por el anuncio, realizado poco antes de la medianoche del domingo (hora local de Washington).

“La impulsiva decisión del presidente echa por tierra todos los avances que hemos hecho y arroja a la región al caos”, ha criticado esta mañana en Fox News el senador republicano Lindsey Graham, estrecho confidente del presidente Trump. “Espero estar dejando totalmente claro sobre los cortoplacista e irresponsable que es esta decisión”, porque el abandono de los kurdos es “un desastre en potencia” y “una mancha en el honor de Estados Unidos. Junto con el senador demócrata Chris Van Hollen, propondrán que el Congreso adopte sanciones contra Turquía si invade Siria y pedirá que sea suspendido de la OTAN “si atacan a las fuerzas kurdas que ayudaron a Estados Unidos a la destrucción del califato del Estado Islámico (EI)”, ha advertido el senador por Carolina del Sur. La retirada de Siria “traiciona a los kurdos, refuerza al EI y pone en peligro a Estados Unidos”, ha sentenciado el congresista republicano Peter King, utilizando términos muy similares a los de los demócratas.

La decisión de retirar las tropas de Estados Unidos de la frontera entre Siria y Turquía y abandonar a los kurdos es una traición a un aliado clave en nuestra lucha contra el Estado Islámico”, ha lamentado el senador demócrata Tim Kaine, miembro de las comisiones de Relaciones Exteriores y de Servicios Armados de la cámara alta, que ha destacado que Trump adoptó la decisión “en contra del consejo de nuestros diplomáticos y líderes militares” y sin notificarla siquiera a los kurdos o a los aliados internacionales de Estados Unidos. “Ahora [los kurods] están a su suerte, enfrentados a las amenazas del gobierno sirio, de Turquía, Rusia y lo que queda del EI (…). La doctrina Trump continúa: abandona a tus aliados y refuerza a tus enemigos”.

El comunicado en el que la Casa Blanca anunció anoche su decisión de no interponerse en los planes de Turquía de invadir el este de Siria no incluía ninguna mención al papel de los kurdos en la lucha contra el EI. En una tanda de tuits matinales, presidente Trump ha reconocido que los kurdos lucharon con Estados Unidos pero “se les dio montones de dinero y de equipamiento para que lo hicieran”, ha añadido, menospreciando la ayuda recibida. Ante el aluvión de críticas recibidas, unas horas después el presidente norteamericano ha lanzado otro tuit en el que asegura que si Turquía hace algo que en su “gran e inigualable sabiduría” (sic) considera inaceptable, destruirá “completamente” su economía.

Nikki Haley, exembajadora de Estados Unidos en la ONU, ha recordado al presidente que “debemos apoyar siempre a nuestros aliados si quieremos que ellos nos apoyen”. “Los kurdos tienen un papel crucial en nuestro combate lleno de éxitos contra el Estado Islámico en Siria. Dejarlos morir es un enorme error”. El inopinado anuncio de Trump en diciembre del año pasado de que iba a retirar las tropas de Siria provocó la dimisión del jefe del Pentágono, el general James Mattis, así como el representante especial en la coalición internacional contra el EI, Brett McGurk, que aconsejaron al presidente tratar mejor a sus aliados. El jefe del Departamento de Estado, Mike Pompeo, dijo en enero que Estados Unidos se aseguraría de que “los turcos no masacran a los kurdos” y unos meses después advirtió de consecuencias “devastadoras” a Ankara si intervenía en Siria. Trump y Erdogan llevaban varios meses intentando ponerse de acuerdo sobre la creación de una zona segura en la frontera.

Pero las negociaciones no llegaban a buen puerto y la impaciencia del mandatario turco aumentaba, como este fin de semana pudo comprobar el presidente norteamericano en su última llamada. La solución, dejarle hacer. Trump “no es un comandante en jefe”, dijo anoche McGurk. “Toma decisiones impulsivas sin ningún conocimiento o discusión. Envía personal militar al peligro sin ningún apoyo. Explota y deja a nuestros aliados expuestos” en cuanto “se enfrenta a una llamada telefónica complicada”, escribió el diplomático estadounidense tras conocer la decisión del presidente, que considera además “un regalo a Rusia, Irán y el EI”.

Acorralado por la investigación del Congreso para su impeachment, Trump intenta acelerar el cumplimiento de algunas de sus promesas de campaña, de ahí la retahíla de medidas de los últimos días para restringir la inmigración, tanto la ilegal como la legal, o la retirada de las tropas de Siria para hacer bueno su compromiso de poner fin a las “guerras interminables” en que está implicado el país. “He aguantado casi tres años pero es hora de salirnos de esas ridículas guerras interminables -muchas de ellas, tribales-y traer a nuestros soldados a casa. Lucharemos allí donde sea en nuestro beneficio y sólo para ganar”, ha tuiteado esta mañana el presidente.

FUENTE: Beatriz Navarro / La Vaguardia