Ataque a Karabaj: primer paso de la expansión turania hacia el este

Los combates en la región de Artsaj (Nagorno Karabaj), habitada principalmente por armenios, se han intensificado desde su estallido el 27 de septiembre. Turquía está proporcionando apoyo militar a Azerbaiyán para hacer valer sus reclamos sobre la región del régimen del presidente Ilham Aliyev. Los yihadistas que han sido llevados a Azerbaiyán desde Siria, a través de Turquía, también están participando en la lucha. La región del Cáucaso Sur estuvo habitada por kurdos en el pasado, en lo que se conoció como Kurdistán Rojo (Kurdistana Sor), como se llamaba a la provincia autónoma de la antigua URSS, que existió desde 1923 hasta 1929, y estaba ubicada entre Artsaj y Sjunik, la provincia más al sureste de Armenia.

La zona fue colonizada por tribus kurdas en el siglo XVIII. En los años 1937 y 1938, paralelamente al genocidio de los kurdos aleví en Dersim, y unos diez años después de la disolución del Kurdistán Rojo por decisión del Congreso soviético de Azerbaiyán, la mayoría de los habitantes kurdos fueron deportados. Con la disolución de la URSS, la región de Artsaj declaró su independencia de Azerbaiyán el 10 de diciembre de 1991. Esto marcó el comienzo de una feroz lucha entre los dos estados, que duró hasta 1994. Para resolver el conflicto, la OSCE creó el Grupo de Minsk, en 1994, bajo la copresidencia de Rusia, Estados Unidos y Francia. De facto, Artsaj ha estado bajo control armenio desde entonces. Desde 1994, la lucha ha estallado una y otra vez a pesar del alto el fuego.

Continuación del genocidio armenio

En una entrevista con ANF, Silo Dirboyan, co-presidente del Comité de Kurdistán en Armenia, comentó sobre la escalada actual. Según Dirboyan, Turquía es ahora oficialmente una parte beligerante en el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán. Dirboyan ve los ataques del Estado turco contra Artsaj como una “continuación del genocidio armenio de 1915”. Dice que así como el Estado turco ocupa o intenta ocupar áreas en Kurdistán, Siria, Irak y Libia, tiene las mismas ambiciones en el Cáucaso.

Además, Dirboyan conecta la participación turca en la guerra de Artsaj con la ideología racista turanista pan-turca, y ve el esfuerzo bélico como los “primeros pasos en el mapa en el sentido del turanismo”. El turanismo trata sobre la creación de un gran imperio de “estados turcos” bajo el dominio de una “raza turca” imaginada, y está fuertemente atravesada por la ideología nazi alemana. A su vez, representa la contraparte biológico-racista del expansionismo neo-otomano, que se basa principalmente en el pan-islamismo.

“El lugar de la guerra de las grandes potencias en el Mediterráneo, Libia y África del Norte, debería trasladarse un poco al Cáucaso. Cuando Armenia no encontró el apoyo ruso esperado, la guerra se intensificó”, expresó Dirboyan.

Silencio de Rusia

Cuando se le pregunta sobre la falta de reacción de Rusia, Dirboyan responde: “Hay varios comentarios al respecto. Por ejemplo, se dice que Rusia está tratando de determinar las fuerzas reales detrás de los ataques. Pero también hay escenarios peores, que calculan que Rusia ha renunciado a Artsaj por cualquier concesión. Este escenario sería muy perjudicial para Rusia, porque el Estado turco siempre ha mantenido viva la idea turanista. Si Turquía tiene éxito en Artsaj, tratará de extender este escenario a los otros estados turcos”.

Dirboyan advierte que los yihadistas de Siria podrían convertirse en “una calamidad”, especialmente para el pueblo azerbaiyano. Los grupos ya empezaron a saquear, indica Dirboyan, y agrega: “En los lugares donde se encuentran actualmente los mercenarios, el saqueo ya está en marcha. Han entrado en las casas y tiendas de la gente, y han robado propiedades. Básicamente están haciendo lo mismo aquí que en Afrin, Serekaniye y Gire Spi”.

¿Una posible ofensiva contra Irán?

Dirboyan señala que las tropas mercenarias estaban estacionadas principalmente en áreas a lo largo de la frontera iraní. Teme que esta concentración de tropas pueda conducir a los preparativos para una posible ofensiva contra Irán.

Respecto a la situación militar sobre el terreno, Dirboyan destaca que la parte armenia aún no ha perdido posiciones, e incluso ha avanzado en algunos puntos: “En algunos lugares del frente hubo que evacuar a los habitantes por razones de seguridad. Hay un clima de unidad entre la población armenia y también hay una gran movilización en la diáspora”.

“Vivimos aquí, junto con el pueblo armenio. Pero también tenemos kurdos en Azerbaiyán. Esta guerra no es una guerra de los pueblos, sino una guerra que imponen los gobernantes. Los gobernantes están tratando de convertir a los pueblos en enemigos. Nosotros, como kurdos en Armenia, estamos del lado del pueblo armenio. Muchos kurdos luchan aquí también en el ejército. Con la intervención de Turquía, también vemos la guerra como un ataque contra nosotros”, reflexiona Dirboyan.

Los pueblos kurdo y armenio no deberían repetir los errores del pasado, asegura Dirboyan, y señala que la hostilidad de Turquía hacia los dos pueblos “no conoce fronteras”. También recuerda al soldado kurdo Kerem Siloyan, que fue decapitado en Artsaj en 2016: “En esa guerra en ese momento, los soldados turcos también apoyaron al ejército azerbaiyano. El kurdo yazidí Kerem Siloyan luchó en el ejército armenio. Su lucha continuó hasta la última bala. Después de que los soldados turcos entraron en la zona, mostraron fotografías con la cabeza cortada de Kerem. Conocemos muy bien la enemistad histórica del Estado turco”.

FUENTE: Ersin Caksu / ANF / Edición: Kurdistán América Latina