Andrea y Lilo

Andrea Wolf fue una militante alemana de la organización RAF que decidió comprometer su vida con la guerrilla de Kurdistán, que lucha hasta el día de hoy por la liberación del pueblo de esa región de Medio Oriente. El 22 de noviembre de 1998, en la provincia de Catak, en el Kurdistán Norte, en un combate entre el ejército turco, Andrea es capturada junto con 19 compañeras más (24 morirán en el ataque). Veinte minutos después eran fusiladas. En este relato, Chana, una persona que conoció Andrea, hace una sentida semblanza de la militante revolucionaria.

Ante mí está otra vez esa foto, la que me acompañó durante mi niñez. Esa foto de Andrea y su mamá, que siempre me acompañó desde mi cuarto de camino a la cocina.

Dos mujeres que ríen. Andrea, de negro, está sentada al lado de una mesa; su mamá Lilo, en rosa, junto a ella. Se toman de la mano y ríen. Se ríen porque están contentas, o eso pareciera. La rosa Lilo. Me caía bien, aunque casi no la conociera. Se llamaba Lilo, o así le decían; sea como sea se escuchaba siempre tan lindo. Lilo, lila, como feminismo pensaba yo. Me hacía sentido. Lilo vivía en algún lugar de Guatemala rodeada de mujeres guatemaltecas empoderadas. Lilo y las mujeres guatemaltecas, trabajando todas juntas; ahí, en la cercanía de la playa. Una linda imagen de las playas centroamericanas.

Andrea y Lilo, en esta foto, están también en Guatemala. Eso lo reconozco por el mantel de la mesa junto a Andrea. En el tiempo en el que fue tomada esta foto, Andrea nos visitó aparentemente por varios meses en nuestra casa en El Salvador. Digo “aparentemente” porque honestamente no lo recuerdo. No tengo ni un solo recuerdo de Andrea y muy pocos de Lilo, pero las conozco porque por suerte tengo cerquita mío gente que las conoció a ambas. Yo sé que mi papá, a quien yo quiero mucho, estimaba mucho a Lilo y que cada tanto la iba a visitar desde El Salvador. Y sé que sus amigxs en Alemania, lxs mismos que yo con los años fui heredando como amigxs, también conocían a estas dos mujeres de la foto, y que también las estimaban mucho. De hecho, la comunidad de vivienda en la que viven estxs amigxs hasta hoy, también acogió a Lilo y Andrea. Como a mí, desde que era muy pequeña.

No tengo ni un solo recuerdo de Andrea, pero hasta hoy le puedo describir a cualquiera aquella foto que cuelga en un pasillo en la comunidad de vivienda de mis amigxs en Alemania (esxs amigxs que heredé con los años y que por suerte durante mi niñez estuvieron muy presentes). Y hasta hoy y desde siempre no puedo olvidarme de esos nombres, de esos dos nombres: Andrea Wolf y Lilo. Los dos nombres juntos y los dos también independientes uno del otro. Porque los dos nombres pertenecen juntos pero también mantienen su importancia por separado. Las dos han hecho de alguna forma cosas importantes, pensaba yo. De alguna forma es importante saber quiénes son estas dos mujeres, pensaba yo. De alguna forma sabía, que debía mantenerlas en mi memoria y no permitir que caigan en el olvido. Olvido muchos nombres y caras con el tiempo. Cuando una se mueve mucho, conoce mucha gente. Pero escucho Kurdistán y pienso automáticamente en Lilo y Andrea Wolf; y pienso en esa foto que tengo nuevamente frente a mí y en esa otra foto que cuelga a miles de kilómetros, allá en Alemania.

Hoy vivo en un lugar completamente distinto, en Argentina. Hubiera pensado que había dejado completamente atrás mi niñez, y que Andrea y Lilo eran, como es en la vida de la hija de revolucionarixs, dos personas con dos nombres, que en algún lugar lejano de la memoria, permanecen como linda anécdota revolucionaria. Hoy, en Argentina, tuve la valiosa oportunidad de conocer un poco sobre el Movimiento de Mujeres de Kurdistán. Y esto, desde la perspectiva de tres mujeres kurdas. Esto tiene que ser valioso, pensaba yo antes de la reunión. Pero después de la reunión, después de que Andrea y Lilo volvieran a aparecer activamente en nuestra memoria, tras haberlas nombrado y recordado colectivamente, ahí pensaba: esto es valioso y tenía que pasarme. En algún momento tenía que entender, por qué era tan importante mantener estos dos nombres en mi memoria. Es importante, porque son dos mujeres que lucharon por la liberación de las mujeres, así como a mi parecer, lo había hecho mi mamá. Eso hacía políticamente en mi vida, a Andrea y a Lilo igual de importantes que mi mamá. Y además era importante, porque hoy puedo entender que para la liberación universal de las mujeres, Kurdistán es importante. Y que es más importante todavía, no permitir nunca perder de nuestra memoria a mujeres que por algún motivo sospechamos que es importante mantener presentes en nuestro pensamiento.

Buenos Aires, 29/09/2017

FUENTE: Chana (El Salvador) del Movimiento Centroamericano 2-Marzo en Argentina/Kurdistán América Latina