Analistas critican acuerdo entre Bagdad y el PDK sobre Shengal

El 9 de octubre, el Ejecutivo iraquí anunció que había llegado a un acuerdo con el Gobierno Regional de Kurdistán (GRK, liderado por el Partido Democrático de Kurdistán –PDK-) para normalizar la situación en la localidad de Shengal, de mayoría yezidí, con el objetivo de suprimir a grupos de autodefensa, como las YBS, fundamentales para la derrota de ISIS.

El periodista vasco Karlos Zurutuza, co-autor del libro Respirando fuego. En las entrañas de la lucha kurda por la supervivencia, se refirió a esta situación. “Ni Erbil bajo control de Barzani ni Bagdad como una de las capitales del chiismo, han hecho nunca nada para mejorar las vidas de la gente de Shengal, mayoritariamente yezidí. Los dos gobiernos abandonaron a los yezidíes.

Zurutuza, que estuvo en varias oportunidades en Kurdistán haciendo coberturas periodísticas, remarcó que este acuerdo llega en un momento en el que hay una ofensiva turca contra el Kurdistán iraquí (Bshur). El periodista explicó que “la presencia de grupos del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) en la localidad es una espina para las relaciones Erbil-Ankara-Bagdad, y desalojarlos de la zona puede ser una carta para negociar con el gobierno turco”.

El acuerdo firmado, que fue rechazado de forma tajante por la mayoría de la población de Shengal, estipula que la seguridad de la región quedará bajo el control de Bagdad, coordinando el trabajo con Erbil, mientras la ciudad de Mosul se hará cargo de los servicios, pero con una condición: que los residentes de la ciudad, incluidos árabes, kurdos y otros componentes, sean devueltos a Shengal sin excepción.

Zurutuza consideró que los yezidíes han sido “siempre como una casta inferior a ojos de ambos gobiernos, el kurdo y el iraquí, por los que no merecía la pena ni luchar ni invertir. Por eso fueron abandonados cuando fueron atacados por ISIS. Shengal es, sin duda, una moneda de cambio en un acuerdo global con Turquía, que no quiere que se convierta en un segundo Qandil”.

Por su parte, el especialista en el mundo árabe, el periodista catalán Jordi Llaonart, explicó que los dos gobiernos tenían que llegar a algún tipo de acuerdo para restituir el orden, la seguridad y la actividad ordinaria de la administración en esa parte de la provincia de Nínive, que fue ocupada por el Estado Islámico en agosto de 2014.

“El problema de este acuerdo es que ha sido tomado por las autoridades árabes de Bagdad y las kurdas de Erbil sin tener en cuenta la opinión, las necesidades y los deseos de la población yezidí local”, aseguró el periodista.

Llaonart comentó que los Peshmerga, las fuerzas de seguridad del PDK, en 2014 abandonaron Shengal ante el avance de ISIS, por lo cual “el Estado Islámico no encontró ningún tipo de resistencia y secuestró a unas 6.000 mujeres y niñas para convertirlas en esclavas sexuales, y asesinó unas 5.000 personas más. Los cristianos asirios y los yezidíes tuvieron que huir de sus casas”.

“También hay que recordar que parte de las agresiones, delaciones, secuestros, violaciones y asesinatos fueron perpetrados por sus vecinos árabes musulmanes”, añadió Llaonart.

Llaonart explicó que las YBS “lo tendrán muy difícil para mantener la presencia en la región. Precisamente, es el grupo y la gente que arriesgó la vida por los yezidíes cuando más lo necesitaban. Creo que no es necesario que Turquía mueva ningún hilo en este sentido. El Partido Democrático del Kurdistán que dirige la familia Barzani moverá todo”, concluyó Llaonart.

FUENTE: ANHA / Edición: Kurdistán América Latina