Afrin: victoria en la derrota

El ejército turco y sus aliados locales del Ejército Sirio Libre (FSA) ingresaron a la ciudad de Afrin a primeras horas del 18 de marzo.

A primera vista, esto podría verse como una importante victoria para Turquía y su califa moderno, Recep Tayyip Erdogan. Pero en una inspección más cercana y desde una perspectiva más amplia y sensible, la batalla de Afrin puede ser vista como una victoria para el proyecto liderado por los kurdos del confederalismo democrático en Siria.

En primer lugar, en términos militares puros, cualquier evaluación de la batalla de Afrin debe tener en cuenta la gran desigualdad entre el ejército invasor turco y la fuerza mucho más pequeña de las Fuerzas Demócratas Sirias (SDF). Unos pocos miles de combatientes de las SDF, armados solo con fusiles ligeros y obsoletos, y que mostraban una valentía y determinación legendarias, se enfrentaron al segundo ejército más grande de la OTAN, que actuó con total desprecio por el derecho internacional humanitario.

Dado este flagrante desequilibrio de fuerzas, lo sorprendente es que las SDF pudieron resistir a semejante adversario durante casi dos meses mientras carecía efectivamente de líneas de suministro estables y seguras.

Además, aunque gran parte de Afrin está ahora bajo la ocupación turca, todavía hay focos de territorio controlados por las SDF, sobre todo en las partes más montañosas de la región. El significado de esta circunstancia será más claro a la luz del anuncio de las SDF de que librará una guerra de guerrillas contra el ejército turco ocupante y el FSA.

La manera en que las SDF se retiraron de la ciudad de Afrin y su agilidad como fuerza militar disciplinada es digna de mención. Las SDF demostraron adaptarse rápidamente a las diferentes circunstancias del campo de batalla en un pequeño territorio más o menos rodeado por fuerzas hostiles.

En segundo lugar, en términos estratégicos, Afrin siempre fue el punto vulnerable geopolítico de Rojava. Aquellos comentaristas que a menudo hablan de la importancia de Afrin en términos de ser el vínculo territorial entre el corazón de Rojava, que se encuentra al este del Éufrates y el Mar Mediterráneo, no pueden apreciar que el confederalismo democrático no es un proyecto de formación del Estado (nación) que requiere territorio contiguo con una mayoría kurda. Es por eso que cualquier parte de Siria con cualquier composición etnolingüística puede ser parte de ese proyecto. La experiencia de las regiones de mayoría árabe en Raqqa, Deir al-Zour y Manbij que se unen a la Federación Democrática del Norte de Siria (DFNS) demuestra esta circunstancia.

Además, al eliminar más o menos la variable rusa de los cálculos militares de las SDF con respecto al Éufrates occidental, es probable que la batalla de Afrin aclare el pensamiento estratégico de la DFNS. Por el contrario, la batalla de Afrin ha socavado gravemente, si no fatalmente, la influencia de Rusia sobre las FDS en el resto de Siria. Es probable que eso complique la salida rápida y victoriosa que Putin podría haber imaginado como desenlace estratégico de la intervención de Rusia en Siria.

En ausencia de una partida rápida y abrupta de las fuerzas estadounidenses de Siria, que requiere el improbable abandono por parte de los Estados Unidos de la idea de contener a Irán (y Rusia) en el Levante, esta circunstancia, paradójicamente, puede fortalecer la posición negociadora de la DFNS a largo plazo.

En tercer lugar, en términos políticos, la batalla de Afrin demostró claramente, y es probable que refuerce, la autonomía política de las SDF y la DFNS. Rusia, en coordinación con Irán y el régimen de Assad, había ofrecido evitar la invasión turca si las SDF entregaban a Afrin al régimen sirio. La negativa de las SDF a aceptar este acuerdo es una clara refutación de la acusación, a menudo formulada por los críticos de Rojava incluidas algunas organizaciones kurdas, de que las SDF y la DFNS en general son aliados políticos del régimen de Assad.

Por lo tanto, la decisión fortalecerá el prestigio y la credibilidad de las SDF/DFNS entre los elementos seculares de la oposición siria desconectada de Turquía y muchos sirios ordinarios que ven el fracaso del régimen de Assad para defender las tierras contra un ejército invasor, incluso cuando es invitado a hacerlo por una fuerza siria.

Y finalmente, y quizás lo más importante, hay una dimensión histórica para cualquier batalla o guerra cuya importancia a largo plazo a menudo sobrepasa sus efectos militares, estratégicos o políticos.

Históricamente, las derrotas militares tras una defensa valiente han proporcionado tanto material simbólico y discursivo para forjar identidades colectivas y generar energía política popular como grandes victorias. De hecho, el tendón histórico del Movimiento de Liberación Kurdo está animado tanto política como discursivamente por el legado simbólico de tales derrotas. La caída del “Castillo de DimDim” por las fuerzas safávidas de Irán tras un asedio prolongado (1609); la destrucción de la República de Ararat por la recién nacida República Turca (1930) y el ataque químico de Halabja por el régimen iraquí Ba’ath (1988), son solo algunos casos notables en este punto.

Los efectos de esta dimensión histórica y simbólica de la batalla de Afrin se valorizan con las acciones del ejército turco invasor. Después de semanas de bombardeos indiscriminados, al entrar en la ciudad de Afrin las fuerzas turcas y sus aliados destruyeron inmediatamente la estatua de Kawa, el legendario héroe kurdo, en la plaza central de la ciudad. El derrocamiento de Kawa –que, según la mitología, mató al monstruoso rey y tirano Zuhak- es fundamental para la identidad colectiva y la autoconciencia política de los kurdos. El hecho de que el ejército turco inauguró su ocupación de Afrin con la destrucción de la estatua de Kawa obliga a los kurdos, y a todos los observadores imparciales, a reconocer la enemistad fundamental y radicalizada del Estado turco con cualquier existencia kurda que no se subordine a sus políticas.

La batalla de Afrin de hecho ya se ha convertido en una leyenda moderna y está destinada a inspirar y animar aún más la lucha kurda por la libertad y el reconocimiento cultural y político. Y esta es una victoria.

FUENTE: Dr. Kamran Matin / The Region / Traducción y edición: Kurdistán América Latina